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Formación Inicial Docente en la PUCV: ofreciendo oportunidades de aprendizaje para todos

La Facultad de Filosofía y Educación a través de nueve de sus carreras forma a profesores que trabajarán en distintos centros educativos del país. La PUCV entre sus desafíos destaca el ser capaz de formar profesores con conocimientos y habilidades para desarrollar aprendizajes en todos los estudiantes en contextos de aulas diversas e inclusivas.

09.11.2019

La formación inicial docente es el conjunto de actividades curriculares a través de las cuales los futuros profesores se apropian de los conocimientos, habilidades, repertorios de actuación, que les permiten fortalecer su vocación y desarrollar las competencias profesionales necesarias para efectuar su trabajo en aulas escolares inclusivas.

Marta Quiroga, jefa de la Unidad de Formación Inicial Docente de la Universidad (UFID) y académica de la Escuela de Pedagogía (EPE) de la PUCV, informó que se está trabajando con las 14 carreras de Pedagogía de esta Casa de Estudios y que el eje de desarrollo fundamental es la formación práctica de los estudiantes.

“La UFID mantiene una relación con todos los coordinadores de práctica y jefes de carrera. Asimismo, la Universidad ha consolidado un modelo de formación práctica que tiene un sistema de evaluación a través de una plataforma tecnológica que nos permite monitorear el desarrollo de las competencias de los estudiantes. Actualmente nos encontramos perfeccionando el modelo de evaluación de las prácticas e implementando un modelo "piloto" de formación de mentores en tres niveles: retroalimentación oral, modelamiento de la enseñanza y toma de decisiones a partir de resultados de aprendizaje, lo que contribuye al fortalecimiento de la relación universidad -escuela, precisó.

“Gracias a la cercana relación que se mantiene con los mentores, los directores de las escuelas y el Componente Pedagógico (conjunto de cursos que dicta EPE) se está impulsando un proyecto que hará posible realizar algunos ajustes curriculares a nuestra formación práctica. También permitirá que se hagan algunos cambios a las asignaturas pedagógicas que dictan las Escuelas de Pedagogía y Psicología”, puntualizó Marta Quiroga.

Líneas del Programa de Mejoramiento Institucional

Asumiendo la responsabilidad de abordar los desafíos actuales y de realizar las adecuaciones necesarias para asegurar la calidad de la formación profesional de los futuros profesores, la Vicerrectoría Académica de la PUCV lidera un Programa de Mejoramiento Institucional (PMI) que se está implementado desde el presente año.

El PMI tiene seis líneas de trabajo, una de ellas está destinada a identificar vocaciones tempranas de pedagogía en el sistema escolar y se abordan en conjunto con un Propedéutico, que es un programa desarrollado por la PUCV para fortalecer la experiencia académica de estudiantes talentosos y con altas capacidades de 4° medio, provenientes de establecimientos educacionales municipales y subvencionados, suscitando su acceso a la educación superior y evitando su deserción.

“En los siguientes objetivos de este PMI está el acompañamiento a los profesores principiantes, porque la inserción a la profesión es muy difícil. La literatura señala que estos primeros años son complejos, hay mucha deserción del sistema escolar, por lo que se acompaña en este proceso. Otros objetivos apuntan a los ajustes curriculares a las carreras y a la relación de los campus pedagógicos con las escuelas. Además, se contempla un ítem sobre la formación continua de docentes universitarios y la calidad de los procesos educativos”, expresó Quiroga.

El profesor José Marín, decano de la Facultad de Filosofía y Educación de la PUCV, destacó la importancia de la Escuela de Pedagogía, ya que desde sus inicios ha estado comprometida con los cambios que ha experimentado el sistema educativo nacional.

“La Escuela de Pedagogía es heredera de la tradición de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso en la formación de educadores profesionales con una clara orientación humanista cristiana. Este año en nuestra Casa de Estudios ingresaron 814 estudiantes a las carreras de pedagogía y hoy más que nunca se requiere formar a estudiantes y profesionales dispuestos a otorgar una respuesta que sea apropiada a la diversidad del alumnado. Solo de esa forma podremos enfrentar los nuevos desafíos que se presenten en el sistema escolar”, aseveró Marín.

Avances en las Prácticas Profesionales

Paula Soto, jefa de carrera de Pedagogía en Historia, Geografía y Ciencias Sociales, recalcó que las grandes innovaciones que se han implementado en el último tiempo en la formación inicial docente dicen relación con la modificación y ajuste del eje de prácticas docentes.

“La práctica inicial era un proceso en que el profesor en formación era un mero espectador en la sala de clases que se limitaba a observar lo que allí sucedía. Actualmente, la practica inicial implica un involucramiento de los profesores en formación con el proceso de aprendizaje de los estudiantes. Su rol de estudiante de pedagogía cambia al de profesor en formación que asume responsabilidad por un grupo de estudiantes. Luego, en la práctica intermedia los profesores en formación planifican y evalúan a sus estudiantes en el centro escolar, agregando así aprendizajes profesionales contextualizados a su formación. Por último, en la práctica final, los profesores en formación se insertan en sus comunidades educativas participando de forma activa en diversas instancias como consejos de curso, talleres, entre otros, buscando ser un aporte a dicho colegio”, detalló. 

La académica indicó que el rol de los profesores en formación ha cambiado, como también el tiempo que ellos permanecen en los colegios que ha ido aumentando progresivamente. Asimismo, enfatizó que la relación con los centros escolares también ha ido avanzando. Antes era una gestión individual la búsqueda del centro de práctica. Actualmente, la PUCV tiene un organismo centralizado, la unidad de práctica, que se encarga de firmar convenios con los centros escolares y gestionar los cupos de prácticas docentes para todas las carreras. 

Desde esta misma unidad también se han gestado los diplomados para docentes mentores que le entregan herramientas para apoyar de mejor manera a los profesores en formación en los centros escolares, lo que contribuye a optimizar la experiencia de nuestros estudiantes cuando van a los colegios.

Avances en las Prácticas Profesionales

Paula Soto, jefa de carrera de Pedagogía en Historia, Geografía y Ciencias Sociales, recalcó que las grandes innovaciones que se han implementado en el último tiempo en la formación inicial docente dicen relación con la modificación y ajuste del eje de prácticas docentes.

“La práctica inicial era un proceso en que el profesor en formación era un mero espectador en la sala de clases que se limitaba a observar lo que allí sucedía. Actualmente, la practica inicial implica un involucramiento de los profesores en formación con el proceso de aprendizaje de los estudiantes. Su rol de estudiante de pedagogía cambia al de profesor en formación que asume responsabilidad por un grupo de estudiantes. Luego, en la práctica intermedia los profesores en formación planifican y evalúan a sus estudiantes en el centro escolar, agregando así aprendizajes profesionales contextualizados a su formación. Por último, en la práctica final, los profesores en formación se insertan en sus comunidades educativas participando de forma activa en diversas instancias como consejos de curso, talleres, entre otros, buscando ser un aporte a dicho colegio”, detalló. 

La académica indicó que el rol de los profesores en formación ha cambiado, como también el tiempo que ellos permanecen en los colegios que ha ido aumentando progresivamente. Asimismo, enfatizó que la relación con los centros escolares también ha ido avanzando. Antes era una gestión individual la búsqueda del centro de práctica. Actualmente, la PUCV tiene un organismo centralizado, la unidad de práctica, que se encarga de firmar convenios con los centros escolares y gestionar los cupos de prácticas docentes para todas las carreras. 

Desde esta misma unidad también se han gestado los diplomados para docentes mentores que le entregan herramientas para apoyar de mejor manera a los profesores en formación en los centros escolares, lo que contribuye a optimizar la experiencia de nuestros estudiantes cuando van a los colegios.

Desafíos de EBA y EDE

“La formación inicial docente siempre está envuelta en las tensiones que el medio de alguna manera va ofreciendo. En las tensiones políticas, en las demandas nacionales y también internacionales. Hoy día tenemos aulas diversas, contamos con leyes que nos proponen hacernos cargo de situaciones que antes no ocurrían. La Ley de Inclusión nos demanda una formación que dé cuenta de un trabajo con otros profesionales para responder a estos procesos de inclusión en el aula”, destacó Damaris Collao Donoso, jefa de carrera de Educación Básica PUCV.

La académica agregó que la co-docencia por ejemplo es uno de los efectos de la mencionada ley y el tener equipos PIE (Programa de Integración Escolar) dentro de los establecimientos educacionales. “Contar con niños con alguna dificultad de aprendizaje, tanto transitoria como permanente, hace que la formación docente deba responder también a esa necesidad y pensar también de qué manera nosotros nos relacionamos con otros profesionales, porque si bien es cierto la formación inicial de un profesor de educación básica tiene un conocimiento particular sobre cómo aprenden los niños no somos educadores especiales, pero sí debemos trabajar con ello, y por este motivo debe existir un modelamiento. Nosotros hemos estado conversando en cómo generamos esos espacios en la formación de pregrado para vincularnos con los educadores especiales y aprender a trabajar en conjunto respetando nuestros espacios de conocimiento por un bien mayor, que es el aprendizaje de todos los niños”, comentó la profesora.

Rocío Hidalgo, jefa de carrera de Educación Especial PUCV, informó que “nuestro principal desafío está enfocado a que nuestros estudiantes comprendan la importancia y la responsabilidad que conlleva la formación de personas, a través de todo el ciclo vital. Desde esta perspectiva, nuestro foco está en la comprensión del ser humano a partir de su multidimensionalidad, comprendiendo que este se ve a diario afectado por las implicancias propias, pero también, y por sobre todo, por las condicionantes que el entorno le provee, ya sea como barrera o facilitador. Desde esta última idea, sobresale la educación como derecho humano, y motor de comprensión y ejercicio de todos los demás derechos fundamentales”.

Investigación Formación Inicial Docente

“Desarrollo de competencia sociocultural en futuros profesores secundarios: aprendizaje situado en la práctica para una pedagogía culturalmente relevante” se denominó el proyecto Fondecyt (2016-2018), que efectuó el doctor César Peña Sandoval, académico de la Escuela de Pedagogía de la PUCV.

A su juicio, la formación inicial docente debe buscar nuevos espacios para el desarrollo de competencias sociales y culturales. “Un caso ejemplar es el de carreras de pedagogía que ofrecen prácticas voluntarias en centros del SENAME donde los profesores en formación hacen escuela donde no hay escuela. Cuando los profesores tienen presente ese ideal de justicia y acceden a espacios para atender la diversidad y ser inclusivo, entonces pueden tratar dichos temas de manera explícita. Debemos prepararlos para dichos contextos. Creo que ese es el camino a seguir”, comentó el académico.

Educación Inclusiva

Verónica López, directora del Centro de Investigación para la Educación Inclusiva, informó que gran parte de los actores educativos y de la opinión pública acuñan el concepto de formación integral. “Para la gente formación integral significa muchas cosas, pero fundamentalmente tiene que ver con poder pasar de la tecnocracia de la educación o lo que Freire llamaba la educación bancaria. Esta idea supone que la educación sea solamente un sistema de producción de futuros trabajadores mano de obra o en nuestro contexto chileno poder superar las estrategias activas que hacen las escuelas para mejorar los resultados de la prueba SIMCE”, indicó.

Actualmente, las pruebas se focalizan en materias como lenguaje o matemática, reduciendo las horas de las otras asignaturas, que son importantes para la formación integral del estudiante. “Así se reducen las experiencias emocionales y de goce en el proceso de aprendizaje, y también limita las posibilidades de que los futuros profesores formen ciudadanos. La educación inclusiva como concepto guarda relación con poder propender a que el sistema educativo, incluyendo el sistema escolar, ofrezca a todos los estudiantes oportunidades de aprendizaje para una formación integral en esa línea, que incluye convivencia, formación ciudadana, pensamiento crítico y participación activa en la comunidad. Esto no está alejado de poder rendir bien las pruebas estandarizadas, pero se entiende que este no puede ser ese el foco exclusivo o el camino. Por lo tanto, es necesario modificar el carácter censal de estas pruebas que hoy tienen altísimas consecuencias para las escuelas”, concluyó la académica.

  

Natalia Cabrera Vásquez

Facultad de Filosofía y Educación