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Investigadores PUCV realizan solicitud de patente para biosensor electroquímico que detecta el virus OTA presente en el vino

El producto, desarrollado en la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), permite determinar, a través de una forma simple, económica y temprana, la cantidad de Ocratoxina - A al interior de la bebida mediante una señal fotoeléctrica.

14.10.2021

Un paso necesario para posicionar a la PUCV como un agente de cambio destacado en el ecosistema de transferencia tecnológica nacional, es el desarrollo y difusión de nuevos conocimientos y tecnologías que contribuyan positivamente al progreso del país y de la sociedad. 

Para esto, nuestra Casa de Estudios, mediante su Oficina de Transferencia y Licenciamiento (OTL) entrega a sus investigadores e investigadoras las herramientas necesarias, como asesorías en propiedad industrial, para que sus procesos investigativos culminen de la mejor forma posible. 

En este contexto, durante septiembre de este año, los académicos del Instituto de Química de la PUCV, Rodrigo Henríquez y Humberto Gómez, en conjunto a la alumna Nicole Briones y la OTL, ingresaron una solicitud de patente al Instituto Nacional de Propiedad Industrial (INAPI) sobre la tecnología “Biosensor electroquímico”.

El producto, que consiste en un dispositivo electroquímico semi portátil, logra una detección simple, económica y temprana de una toxina en particular llamada OTA (Ocratoxina - A) que está presente en los vinos, comprometiendo la calidad de la bebida y los efectos secundarios que puedan presentarse en los consumidores. 

Respecto a las principales dificultades y pasos que tuvieron que sortear para llegar a la etapa de solicitud, el investigador y profesor adjunto del Instituto de Química, Rodrigo Henríquez, señaló que Luego de tomar contacto con la OTL-PUCV se vieron los diferentes requisitos solicitados, el más importante fue un re-análisis del estado del arte tanto bibliográfico como de las patentes previamente registradas. Con esto se pudo establecer la diferenciación entre nuestra invención y lo anteriormente reportado, logrando definir así el grado de innovación, aspecto muy importante cuando el objetivo es solicitar una patente”.

“Tal vez, la dificultad más importante en todo el proceso, el cual no duró más de 6 meses, fue este último punto, ya que un análisis exhaustivo asegura una mejor presentación en la solicitud y posterior análisis por parte del perito de INAPI” agregó. 

En tanto, para Vania Badilla, gestora tecnológica de la OTL “El trabajo con esta tecnología comenzó en julio del año 2020 con el proceso de Scouting Tecnológico realizado al académico Rodrigo Henríquez, quién nos comentó que estaba trabajando con el académico Humberto Gómez y la alumna Nicole Briones en su tesis. Posteriormente y mediante el envío de la Declaración de Invención, se inició el proceso de actualización del estado del arte, vislumbrando que la tecnología en desarrollo podría cumplir con los requisitos de novedad, nivel inventivo y aplicación industrial, dando inicio así al proceso de patentamiento”.

“De todo el trabajo desarrollado con esta tecnología y sus investigadores, destaco la importancia del Scouting Tecnológico en una etapa temprana de desarrollo, ya que es ahí donde podemos encauzar las investigaciones con un correcto estudio del estado del arte, y entregar asesorías relacionadas a propiedad intelectual” manifestó Vania Badilla. 

En cuanto a la contribución realizada por la OTL- PUCV en torno a los procesos de propiedad intelectual de la tecnología, el académico Rodrigo Henríquez destacó que “el aporte de la OTL ha sido trascendental en el proceso, dado que, como científicos, estamos alejados de todo este mundo”. 

Finalmente, Rodrigo indicó que como equipo desean seguir avanzando en el desarrollo de la tecnología, y en un futuro próximo, alcanzar un nivel de TRL 8 con un prototipo semi-industrial. En este sentido, señaló que “La OTL también nos ha indicado cuales son o serían las alternativas de camino para tal fin”.