Nueve años después de la fundación de la Universidad Católica de Valparaíso, las autoridades universitarias de la época decidieron crear, en marzo de 1937, una unidad académica denominada Escuela de Radio. Sus alumnos, una vez cumplidas las exigencias de su plan de estudios, obtenían el título de “Perito en Radiotelefonía”. Luego de unos años se comenzó a otorgar el título de “Sub Ingeniero en Radio”. “En los respectivos programas de estudio los alumnos aprendían los aspectos teóricos y prácticos de los circuitos, equipos y elementos que formaban parte de los transmisores y receptores de radiodifusión sonora. Los componentes claves de los circuitos y equipos eran, en esa época, las válvulas, o tubos de vacío. La radiodifusión sonora fue la primera manifestación del uso masivo de las ondas electromagnéticas en las telecomunicaciones. Así, las radio-emisoras emitían programas musicales, informativos y de entretención a numerosos radioescuchas, mediante la transmisión de ondas electromagnéticas moduladas”, relata el ex coordinador del Laboratorio de Telecomunicaciones y profesor de la EIE, Sr. Raimundo Villarroel.

 

En agosto del año 1956, sobre la base de la Escuela de Radio, se creó la Escuela de Electrónica de la Universidad Católica de Valparaíso. La Ingeniería Electrónica tomó los elementos utilizados originalmente por la Ingeniería de Radio, desarrollando importantes aplicaciones en otros campos tan diversos como: automatización, instrumentación, sistemas digitales, electrónica de potencia, etc. Fue así como en enero de 1981, sobre la base de las ex Escuelas de Electrónica y Electricidad, se creó la actual Escuela de Ingeniería Eléctrica. Sin perjuicio de los cambios anteriores descritos, el área de las Telecomunicaciones mantuvo, y mantiene, una importante presencia dentro de la Universidad. Entre los años 1956 y 1974, la Escuela de Ingeniería Electrónica tuvo su sede en la Casa Central de la Universidad. Dicha escuela contaba con un taller subterráneo de la Casa Central, un Laboratorio Docente y un Laboratorio de Aplicaciones Electrónicas; estos dos últimos se ubicaban en el 4to piso del edificio anexo de la Casa Central. Así, entonces, las actividades de área de las Telecomunicaciones, en cuanto a experimentos de laboratorio, investigación y trabajos de titulación, debían compartir ese reducido espacio físico con otras actividades semejantes impulsadas desde otras áreas de interés de la Escuela. “En términos de equipamiento, en la década de los años 50, 60 y 70, este recurso era igualmente restringido. Los instrumentos eran de marcas como: Hewlett Packard, General Radio, Phillips, etc, todos operando en base a válvulas de vacío. Se contaba con: generadores de señales, multímetros, osciloscopios, puentes de impedancia, puentes de admitancia, etc”, cuenta el profesor Villarroel.

 

Es importante señalar que, pese a la precariedad de los recursos disponibles, los profesores y alumnos memoristas de la Escuela de Electrónica, encabezados por el director de la época, don Carlos Meléndez Infante, lograron concretar exitosamente un proyecto que tenía como objetivo crear una estación de televisión en la UCV. Así entonces, el 4 de octubre de 1957 se efectuó la primera transmisión de televisión con un transmisor de solo 40 Watts en la frecuencia del canal 8, constituyéndose en la primera transmisión de ese tipoo en Chile. Por tal razón, esa fecha ha sido designada como e día de la Televisión Chilena. Es digno destacar que la gran mayoría de los elementos y equipos utilizados en las primeras transmisiones del canal 8 de televisión, fueron construidas por alumnos y profesores de la escuela.

 

En agosto de 1974, gracias al traslado de las ex Escuelas de Electrónica y ex Escuela de Electricidad a las nuevas dependencias ubicadas en el “Edificio Rafael Ariztía”, el área de las Telecomunicaciones pudo contar con recintos para uso exclusivo. Originalmente eran dos recintos adyacentes denominados “Laboratorio de Radio y televisión” y “Laboratorio de Telecomunicaciones”. Posteriormente, ambas dependencias se fusionaron en el actual “Laboratorio de Telecomunicaciones”. A fines de la década de los años 70, el profesor Frenando Apablaza inició importantes gestiones ante el gobierno de Japón conducentes a la donación de modernos equipos para el Laboratorio de Telecomunicaciones. Así entonces, en el año 1981, a través de la Agencia de Cooperación Internacional de Japón (JICA), el Laboratorio recibió un completo conjunto de equipos marca NEC (Nippon Electric Company) consistente en transmisores/receptores de microondas en la banda de 2 GHz. moduladas digitalemente, moduladores/demoduladores digitales para una velocidad de 34 Mbps., multiplexores y demultiplexores de 1a 2da y 3ra jerarquía norma europea, etc. Dicha donación fue complementada con equipos de medición Anritsu, los cuales cubrían una variada gama de mediciones, tales como: analizadores de enlaces de microondas, analizador de tasa de errores, analizador de calidad de canales telefónicos PCM, etc. Todo este aporte significó que el Laboratorio se incorpore a la era digital de las telecomunicaciones. Así, con dicho equipamiento, se diseñó e implementó un completo sistema de medición de calidad en transmisión digital para ENTEL, y la empresa pudo comprobar la calidad de la transimisión usando como base la infraestructura de la red de microondas analógicas con que contaba por ese entonces. Estas pruebas significaron realizar la primera transmisión digital de microondas en larga distancia en nuestro país.