Miguel Gómez, alumni y académico EIC: “Un estudiante de la PUCV no tiene nada que envidiarle a estudiantes de otras universidades de Chile, e incluso del mundo”.
Conoce el testimonio del alumni EIC y ahora máster en Ciencias en Ingeniería Civil y Ambiental.
Miguel Gómez Fuentes ingresó a estudiar Ingeniería Civil en la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso en el año 2013, luego de darse cuenta de que “la ingeniería civil tenía que ver con el ambiente construido, el ambiente en el que se desarrolla la vida” y que “es un área bonita, en la que uno se puede proyectar profesionalmente”.
Por Comunicaciones EIC
En la siguiente conversación, podrás conocer más detalles sobre la vida académica y futuros proyectos que tiene nuestro destacado alumni y académico. Te invitamos a conocer su historia.
Primero que todo: ¿Por qué decidiste estudiar Ingeniería Civil en la PUCV?
R: “Es una pregunta que no tiene respuesta corta. El tema fue que a mí me gustaban las matemáticas cuando era chico, casi todos los que estudiamos ingeniería tenemos esa misma onda. A uno le gustan las matemáticas y se empieza a interesar por el área de carácter más científico, ligado un poco a la ingeniería. En 4to medio revisé de que se trataba la ingeniería civil, y me di cuenta de que tenía que ver con el diseño de estructuras, y con el “ambiente construido”, el entorno en el que se desarrolla la vida, es decir, los edificios, hospitales, puentes, plazas, etc. Ahí fue cuando me empezó a gustar."
Además, como anécdota, cuando era chico, junto con mi familia construimos nuestra propia casa. Entonces esa cercanía con la construcción me llevó un poco a decir “sí, esta es un área bonita y en la que uno se puede proyectar profesionalmente, el diseño de estructuras es lo que quiero estudiar”. Así que ahí postulé y quedé en la Escuela. Eso fue el 2013”.
¿Por qué Ingeniería Civil en la PUCV?
R: “Ahora, mirando atrás, uno se da cuenta de que tomó buenas decisiones. En mi caso, me alcanzaba para ir a estudiar a Santiago, pero toda mi familia estaba viviendo en Valparaíso entonces, Santiago no era mi prioridad. Finalmente me decidí por la PUCV porque iba a poder encontrar un programa y una universidad un poco más flexible, la oportunidad de poder desarrollarme dentro del plan de estudios con estudiantes que fueran de otras carreras. Además, toda mi familia estudió en la PUCV, así que también fue una cosa de tradición familiar”.
“Lo que me gustaba de la EIC es que era bien pequeña al principio, entonces se sentía que era un ambiente mucho más directo, en el que tenía la posibilidad de conversar con los profesores. Una posibilidad mucho mayor que en otras escuelas donde hay, digamos, 200 estudiantes por sala, y por tanto la posibilidad de hablar con el profesor que dicta la clase es super remota, porque no tienen el tiempo ni la disponibilidad para responder las dudas de los estudiantes. Esas fueron las razones que me llevaron a decidirme por la PUCV”.
¿Cómo fue tu relación con los académicos de la escuela, con los estudiantes, la vinculación que tuviste tú como estudiante?
R: “La verdad es que es super interesante, porque entré el 2013, y era una persona muy tímida. Una persona que no se relacionaba muy bien con los otros estudiantes, entonces el primer semestre iba de la casa a la universidad, y de la universidad a la casa, no tenía mucha vida social más allá de actividades que hacía el centro de alumnos. Pero de alguna forma, los otros estudiantes, tu grupo de estudio o el curso en general, te invita a participar con ellos y al final todos hablaban entre todos, todos se conocían entre todos, y finalmente, ese mismo ambiente fue haciendo que me soltara un poco más.
En el tercer semestre ya quería hacer ayudantías y cosas así, cosas que eran impensadas para mí en el primer semestre con lo tímido que era y lo poco que hablaba con el resto. Quizás para mí hubiera sido impensado tomar una ayudantía, haciéndole clases o presentando frente a otros, era un poco raro. La confianza que te entregan tus propios compañeros y profesores hace que uno se vaya soltando y vaya desarrollando las competencias blandas”.
¿Qué es lo que más destacarías de tu formación académica en la EIC?
R: “Sin duda la posibilidad de hacer preguntas es una cosa que destaca y que yo siento que muchas veces en la educación superior está un poco ausente. Esto de poder tener y hacer la pregunta que se te ocurra, incluso quizás sobre algo que no aprendiste a la primera, es algo que destaca de la formación de la PUCV.
Los profesores están dispuestos a reforzar los conceptos básicos hasta que los interiorizas. Creo que eso destaca en la formación y lo que a uno le solidifica la parte teórica. Yo creo que de la PUCV salimos muy bien preparados en lo que es la parte teórica, la base. Quizás no tanto en la parte más práctica, pero eso es lo que luego lo va dando la experiencia en la profesión. Entonces, el tener todo eso bien claro, más la posibilidad de poder conversar con los profesores y todo lo demás, siento que genera un profesional que tiene las características que las empresas, y en mi caso la academia, están buscando."
¿Con qué se van a encontrar los estudiantes en la escuela de Ingeniería Civil?
R: “De partida, se van a encontrar con un ambiente super grato para estudiar, yo creo que hay poca duda al respecto. Un estudiante de la PUCV no tiene nada que envidiarle a estudiantes de otras universidades de Chile, e incluso del mundo. También, creo que se van a encontrar con un entorno que es muy cambiante, porque la escuela aún está en desarrollo y va creciendo a gran velocidad. Posiblemente, la escuela a la que ingreses, va ser diferente a la que te vas a encontrar al momento de salir, seguramente habrán más profesores, habrán profesores en distintas áreas, los temas de investigación de ahora serán distintos a los que abran al momento de salir.
Los estudiantes también son muy partícipes del proceso de formación de la misma escuela. Si bien los profesores deben dedicar parte de su tiempo a la investigación, la función principal es la de la formación de estudiantes, y tratar de hacer docencia de la mejor calidad posible. De esa forma, son los mismos estudiantes los que van en cierto modo, haciendo mutar la escuela de un tipo de enseñanza a otra, modificando los cursos para que se adapten a las necesidades de los mismos estudiantes. Hay muchas posibilidades de que al principio se encuentren con una escuela que es “A”, y después la escuela será “A” más “B”, donde “B” es todo ese desarrollo agregado durante los años de carrera, de los cuales el estudiante también es partícipe.
¿Qué consejo le puedes dar a estas personas?
El consejo que yo les daría sería: partan y conversen con sus profesores, participen de todas las instancias posibles, traten de participar también en el centro de alumnos. Yo recuerdo que al principio yo miraba el centro de alumnos como instancia muy lejana, pero es un muy buen puente entre los académicos y los estudiantes. Yo creo que, ante cualquier problema o necesidad, el centro de alumnos con los profesores y el cuerpo académico, lo pueden canalizar por esa vía. Por ejemplo, recuerdo que la Escuela en su momento, junto con el Centro de Alumnos, entregaron un par de computadores para estudiantes que los necesitaban. También es importante conocer a las secretarias y a todo el personal administrativo y de servicio de la escuela, están ahí para ayudar y también para conversar de repente, una conversación de pasillo nunca hace mal, finalmente todo eso es parte de la formación”.
Recordando tu etapa como estudiante: ¿Hay algún académico que haya marcado tu formación como estudiante? ¿Algún momento que haya sido trascendental en tu carrera?
R: “De mis primeros años, quizás no muy relacionado con la Ingeniería Civil, pero yo recuerdo que el profesor de electromagnetismo era un profesor muy bueno, un profesor que se notaba que tenía una dedicación muy buena por la enseñanza. Muy buen profesor. Eso igual me inspiró un poco a seguir en la carrera académica.
Ahora en lo disciplinario, el profesor Vielma y el profesor Giovanny fueron los profesores que me llevaron por el camino que finalmente terminé siguiendo. Sobre todo, porque uno se encuentra medio confundido en esa etapa, al final de la carrera. Uno piensa que sus capacidades no son las necesarias para hacer investigación, para obtener un trabajo publicado en una revista y cosas de ese estilo y el profesor Vielma y el profesor Giovanny fueron los primeros que vieron que mi trabajo tenía la calidad suficiente para ser publicado, uno se siente muy valorado, porque las universidades hacen investigación principalmente en postgrado, con ayudantes de doctorado o magíster, y la escuela no tiene programa de magíster hasta ahora, entonces los profesores se ven un poco forzados a buscar estudiantes de pregrado interesados en hacer investigación. Así, han salido varios estudiantes a los que les gusta este tema de investigar, de leer y escribir papers y todo eso.
Uno nunca ve la posibilidad, en quinto o sexto año, de que su trabajo vaya a ser publicado en una revista, uno lo ve lejano y que el profesor esté ahí y te diga “sabes que, leí tu tesis y tu tiene la calidad suficiente para ser publicada, hagámosla en formato de revista y que salga publicada” y uno dice “chuta, es una posibilidad”, y así se abre una posibilidad para seguir trabajando”.
Respecto a esa anécdota: ¿Fue similar a tu experiencia? El poder publicar una investigación en conjunto con un académico…
R: “Claro, exactamente, me pasó con mi tesis. La verdad es que mi tesis una vez terminada junto a los profesores, ellos me comentaban “mira Miguel tu trabajo se ve bueno, ¿te gustaría mandarlo a una revista?, va requerir un poco más de trabajo porque hay que cambiarlo a formato de artículo de revista”, pero después como de 1 año, salió publicado el articulo y fue una de esas cosas que no solamente, me generaron validación de lo que venía haciendo, sino que también me sirvieron para postular a las mismas universidades es Estados Unidos, esa investigación se denominó Non-Linear Assessment of Reinforced Concrete Buidlings.
En las revistas científicas, el trabajo que se publica debe tener cierto grado de novedad. Uno en pregrado piensa para el proyecto de título, quizás en el diseño de un edificio, un puente o alguna cosa de ese tipo que es más del corte profesional, pero finalmente uno termina haciendo investigación. Efectivamente si esa investigación es de calidad puede perfectamente publicarse, y creo que es algo que los profesores vienen haciendo desde hace ya varios años, y se ha mantenido en la escuela. Los profesores publican con los estudiantes de pregrado y finalmente eso ayuda al crecimiento de la misma Escuela."
¿Qué consejo te hubiera gustado recibir cuando estabas estudiando Ingeniería Civil?
R: “Yo creo que quizás, hablar más con los profesores, conversar más con ellos fuera del horario de clase. En muchos casos, los profesores tienen muchas oportunidades que pueden entregar que uno no conoce. Por ejemplo, ahora veo a otros chicos que salen al extranjero a hacer estos programas de pasantías, que parten efectivamente por una conversación con un profesor, que tiene contacto con profesores en Europa.
Se da mucho que los profesores tengan contacto con investigadores de alto nivel en el extranjero, lo que abre oportunidades que uno no ve cuando está en pregrado, y que se abren con mucha más facilidad si es que uno tiene una buena comunicación con los profesores. Entonces yo creo que el consejo que me habría gustado recibir es, “conversa con los profesores, aprovecha cuando estén en la oficina, en el pasillo”. Quizás de una conversación en el pasillo, sale una estancia en el extranjero, de hecho ese fue exactamente mi caso, yo estuve en una conversación de pasillo con un profesor que nos contó que tenía la posibilidad de que fuéramos a Alemania, y finalmente terminamos yendo a Alemania para hacer una pasantía en el extranjero”.
Ahora, al referirse sobre su período de postgrado, Miguel Gómez, da a conocer que actualmente se encuentra becado por la comisión Fulbright para realizar un doctorado. Además, reveló algunos de los innovadores proyectos en que se encuentra trabajando actualmente.
Una vez egresado, te fuiste a Estados Unidos…¿Cómo llegaste a la Universidad de California?
R: “Yo salí el 2019, después trabajé un año y medio como profesor en algunas ramas y como ayudante de laboratorio, manejando instrumentos y apoyando campañas experimentales. Después, postulé a una beca, el año 2019, a la beca Fulbright para doctorado en Estados Unidos y salí seleccionado en octubre.
Después, viene un proceso de preparación para poder postular a las universidades en Estados Unidos, entonces la Comisión Fulbright, que es la que administra la beca, te orienta para elegir cuál es la mejor universidad para poder estudiar en la rama en que uno hará su doctorado. Yo la verdad es que ya conocía la Universidad de California, Berkeley, porque muchos de los libros estaban escritos por profesores de la Universidad de California, por ejemplo, el Chopra (Dinámica de Estructuras), que es un libro muy famoso porque es el libro que usa todo el mundo para estudiar dinámica de estructura e ingeniería sísmica, ese libro está escrito por Anil Chopra que fue profesor en la Universidad de California. Entonces, dentro de mi lista de postulaciones en las universidades en Estados Unidos, estaba Berkeley como primera opción, y otras varias de alto prestigio.
“Las universidades te seleccionan si encajas con su perfil y sucedió justo que el profesor, ahora mi Advisor, me contactó y agendamos una entrevista. Era mi primera entrevista en inglés en años, así que tuvimos una conversación, mi sensación después de esa entrevista fue como de haberla embarrado, pensé que no iba a quedar, que iba terminar en otra universidad. Finalmente, un mes y medio después, el profesor me informa que me iba a recomendar para admisión en la Universidad de California, ese fue uno de mis momentos de mayor felicidad en la vida, fue una cosa que no esperaba. Después de eso, cuando uno ya queda admitido en las universidades en que a uno le ofrecen admisión hay que seleccionar. En mi caso, la decisión no fue muy difícil porque la Universidad de California, Berkeley era el lugar donde yo quería estudiar, finalmente empecé el programa en agosto del 2021”.
Me comentaste que estás trabajando en un proyecto también relacionado al mundo sísmico con estructuras, pero con trenes en california, cuéntame un poco al respecto.
R: “Si, efectivamente, este proyecto es una de las cosas que hacen interesante mi doctorado. Muchos estudiantes de doctorado llegan a estudiar un tema en particular, normalmente asociado a un proyecto. Yo, en mi caso llegué al programa a descubrir qué cosas había para poder realizar investigación y surgió la posibilidad de trabajar en este proyecto con BART, que es el Bay Area Rapid Transit, en simple, es el Metro del Bay Area, que comprende San Francisco, Berkeley y otras ciudades.
El tema es que estos trenes, y toda la infraestructura funciona desde hace muchos años. Además, se sabe que el área es de alta sismicidad, entonces se necesita evaluar que es más seguro: si cuando viene un sismo se debería detener el tren cuando va en marcha, o bien que siga hasta la siguiente estación, así como la magnitud del sismo que debería hacer que se tome esta decisión.
La pregunta quizás más relevante es cual es la medida de intensidad o magnitud que se debe usar para definir si detener los trenes o no. Ahí muchos decían que la aceleración máxima del suelo es la adecuada para evaluar si el tren se descarrila o no, pero hay investigaciones que dicen que hay otros parámetros de respuesta que son más importantes, como la velocidad máxima, o los parámetros dinámicos del tren y la estructura. En efecto, la estructura bajo el tren tiene un periodo fundamental. Pero el tren que va sobre la estructura también es un sistema dinámico con su propio período fundamental. Entonces, es como un edificio arriba de otro. Si los períodos de estos dos sistemas son similares, entonces se pueden producir amplificaciones, y por tanto se puede generar un problema bien grande que hay que evaluar. Por tanto, no se puede reducir el análisis a un único parámetro, sino que es un conjunto de elementos que finalmente inciden en si es que el tren descarrila o no, o si es que su respuesta es insegura o no para las personas que van dentro”.
¿Ese tipo de investigaciones se pueden aplicar en Chile?, o dependen de las condiciones del suelo de ese lugar, es posible hacer un símil chileno?
R: “Creo que esa es una pregunta que, por ejemplo, en el metro de Santiago se deben haber hecho por mucho tiempo. En general los trenes subterráneos no presentan tantos problemas en ese sentido, pero en el metro de Santiago vemos que hay varios tramos elevados, en los que la física del problema es igual a la que se ve en los trenes aquí en California.
Por otro lado, nosotros en Chile tenemos una red ferroviaria importante, en crecimiento, con alto transporte de carga. Estos trenes también tienen la misma característica que tienen los trenes en California, cruzan tramos de puente, también cruzan tramos subterráneos en ciertas ocasiones, entonces ahí claramente se podrían aplicar los mismos análisis y metodologías. Y bueno, en el mismo proyecto del tren rápido Valparaíso-Santiago, se debiese tener en consideración una evaluación de desempeño sísmico. Esa evaluación sísmica debiese considerar este tipo de elementos.
Yo creo que Chile es un país en el que, si bien la red ferroviaria en este momento no está tan desarrollada como en Europa, estudios como estos podrían ser beneficiosos para darle a la gente la seguridad de que al subirse al tren va a poder viajar de manera tranquila, incluso aunque haya un sismo, y ayudar al país a expandir la red de manera segura. De hecho, en mi experiencia acá creo que, en términos relativos, la red ferroviaria en Chile está desarrollada tanto o más que en Estados Unidos. El Metro de Santiago transporta una cantidad de gente abrumadora a diario, y se sigue expandiendo. Acá en Estados Unidos las redes ferroviarias no están tan desarrolladas, porque la gente tiende a usar mucho el auto particular, pero es una tendencia global la de tratar de movilizar más gente en trenes o medios de transporte similares, que son mucho más amigables con el medio ambiente, y mucho más eficientes en diversos sentidos. Entonces, en esa línea yo creo que estudios en esta área podrían dar un apoyo extra para que Chile pueda desarrollar una red ferroviaria importante, segura y resiliente”.
En la EIC: ¿Cuál es tu rol actual?, ¿A qué te vas a dedicar en la Escuela, vas a tomar algunos cursos?
R: “Bueno, yo partí haciendo cursos de pregrado, en primer año, pero mi línea de especialidad va por la ingeniería sísmica y la dinámica de estructuras. La idea es potenciar el área de interacción suelo-estructura, que al menos en Valparaíso es un área bien interesante, porque hay ciertas condiciones topográficas que hacen que esta interacción sea un problema que no está considerando de manera normativa actualmente. Por tanto, hay un alto potencial de mejora. Esta es un área bien enfocada a los problemas que uno ve en Valparaíso y sus alrededores, pero también tiene implicaciones mundiales, porque en el mundo existen lugares donde la amplificación topográfica, y la interacción suelo-estructura, tienen efectos en la respuesta sísmica que son altamente perjudiciales para la integridad estructural. La intención de la escuela y mía al integrarme, es potenciar el área de ingeniería sísmica, estructural y también juntarlo con el área geotécnica, evaluando la seguridad de las estructuras considerando que uno no sólo tiene el edificio, sino que también está el suelo debajo”.
¿Qué le falta a la región de Valparaíso cuando juntamos el mundo sísmico con el mundo de las estructuras? ¿Hay algo concreto?
R: “En general, lo que vemos en la región es que existen lugares muy buenos para construir, por ejemplo, los cerros de Valparaíso, donde vemos materiales bien firmes, que cuando uno construye en ellos la edificación se comporta bien sísmicamente. Pero también tenemos otros lugares, como las dunas en Concón, que son terrenos que tienen sus particularidades en términos de respuesta. Ahora, un tema aparte es la pendiente; cuando uno edifica en pendiente la respuesta es distinta, a cuando el terreno está completamente plano. Existen estudios de profesores, no sólo en Chile, sino en el mundo, que demuestran que existe amplificación de las ondas sísmicas cuando uno está en un terreno inclinado, en comparación de uno completamente plano. Entonces hay sitios con una caracterización geotécnica que quizás no es tan favorable para la escritura, si a eso le sumamos la pendiente, y el hecho que normativamente no tenemos provisiones que cubran dichos escenarios, se genera una incertidumbre tremenda. Finalmente reducir esa incertidumbre es lo que nosotros tenemos que hacer como investigadores, para intentar asegurarnos que los diseños sean seguros”.