27.01.2025

Ante una creciente regulación global y la necesidad de reducir la huella de carbono en los procesos industriales del país, Electrolix, una tecnología desarrollada en el Laboratorio de Electroquímica de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), se presenta como una solución ecológica y eficiente para la recuperación sustentable de cobre a partir de concentrados sulfurados. 

Este proceso de recuperación consiste en la utilización de un agente oxidante altamente reactivo, generado en una celda electroquímica, para disolver los minerales sulfurados de cobre. Posteriormente, el cobre se recupera mediante electrodeposición en la misma celda. Este procedimiento ofrece ventajas únicas, tales como una alta eficiencia, logrando la recuperación de hasta un 90% del cobre en solo 48 horas; sostenibilidad, ya que opera a temperatura ambiente y sin emisiones de gases contaminantes; versatilidad, al permitir el procesamiento de concentrados complejos o de baja ley que usualmente se manejan mediante procesos pirometalúrgicos más costosos y contaminantes; y bajo costo, al utilizar componentes accesibles y de fácil implementación a nivel industrial.

Para proteger la invención, el equipo investigador, liderado por el Dr. Ricardo Córdova e integrado por los doctores Humberto Gómez, David Carrillo, Ricardo Schrebler y Carolina Manzur, junto con el apoyo de la Oficina de Transferencia y Licenciamiento (OTL) de la PUCV, solicitaron la patente comercial para Electrolix.

En este sentido, el Dr. Carlos Humberto Gómez destacó que “Contar con una patente para una tecnología como esta es de gran importancia, ya que protege la inversión de tiempo, recursos y esfuerzos realizados para su desarrollo. Al mismo tiempo, garantiza al titular el derecho exclusivo de usufructuar de ella durante el período establecido, evitando su plagio o utilización no autorizada.”

Rol de la OTL PUCV

El apoyo de la OTL PUCV ha sido crucial para avanzar en la solicitud de patente y el desarrollo de la tecnología. En esa línea, Gómez valoró el respaldo recibido, señalando que “El apoyo de la PUCV, a través de la OTL, ha sido fundamental para llevar adelante la tecnología, tanto por los aportes pecuniarios realizados para mejorar aspectos puntuales del proceso como por el financiamiento de los gastos involucrados en la tramitación de la patente. En este sentido, reconocemos el profesionalismo y la dedicación de las personas a cargo de intermediar en este proceso con los representantes de la oficina de abogados, reflejado en numerosas horas de reuniones y supervisión del avance del proceso. Sin duda, sin su valioso aporte no habría sido factible sacar adelante esta iniciativa.”

Para la coordinadora de la OTL PUCV, Vania Badilla este desarrollo tecnológico ha demostrado tener ventajas significativas en la novedad y nivel inventivo, por cuanto “‘era necesario protegerlo por medio de una patente de invención. Destaco el arduo trabajo desarrollado por el equipo de investigadores, ya que este tipo de desarrollo es de largo aliento, y la solicitud de patente marca hito importante en este camino a la transferencia de la tecnología’’.

Próximos pasos

Con la tecnología en un nivel de desarrollo TRL3 (prueba de concepto a nivel de laboratorio), los próximos pasos incluyen escalarla a TRL5, donde se evaluará su desempeño en entornos relevantes. Para ello, el equipo ha postulado a fondos de investigación de ANID, cuyos resultados se esperan en los próximos meses. De obtener financiamiento, el objetivo es continuar avanzando hacia su transferencia y licenciamiento industrial.