Red internacional Terra Critica se reúne en Valparaíso
Por Andrea Ugalde
El pasado viernes 29 de noviembre tuvo lugar el workshop Terran Critique: Toward a Diferent Critical Vocabulary, organizado por la Dra. Valeria Campos Salvaterra (PUCV) y la Interdisciplinary Network for the Critical Humanities Terra Critica (http://terracritica.net/). Terra Critica es una red de investigadoras/os/es de Europa, Estados Unidos y Australia, quienes se reúnen todos los años para pensar en común un tema relevante desde la filosofía, los estudios sociales y literarios; es decir, desde un punto de vista interdisciplinario. El objetivo general de estas reuniones es aportar a la construcción de un vocabulario crítico que sirva para abordar los problemas actuales.
En el año 2022, la Dra. Valeria Campos fue invitada a la Universidad de Utrech como keynot speaker para la decimoprimera sesión de Terra Critica, encuentro a partir del cual se produce un intercambio que logra materializarse en un encuentro más pequeño en Valparaíso, con el apoyo del Instituto de Filosofía. En esta ocasión, se contó con la presencia de parte de la red de investigadores Terra Critica, convocándose también a diferentes personas del ámbito local (incluyendo Buenos Aires), que están en relación con la teoría crítica desde diversas disciplinas. “Esto marca un hito importante en el grupo Terra Critica, pues a partir de este encuentro se abren a Latinoamérica, y celebramos que esa apertura se haga en Valparaíso, desde el Instituto de Filosofía”, comenta la profesora Campos.
Este año, el encuentro tuvo lugar alrededor de la noción de Terra, que operó como un punto de entrada conceptual y metodológico para pensar en cómo las prácticas de crítica y análisis sociocultural pueden tomar forma significativa hoy en día. Se contó con la destacada participación de Noelia Billi (Universidad de Buenos Aires), Mercedes Bunz (King's College), Valeria Campos Salvaterra (PUCV), Birgit M. Kaiser (Utrecht University,) Jacques Lezra (University of California at Riverside), Noortje Marres (University of Warwick), Fernanda Medina (Universidad Adolfo Ibáñez), Omar Molina (PUCV), Marjorie Peñailillo (Artista Educadora, GraTiti School Comunidad Chile/ CipCrc Limache (Sename)), Valeria de los Ríos (PUC), Andrea Roland-Rodriguez (European Graduate School, Saas-Fee, Switzerland) Lorena Souyris Oportot (Universidad Católica del Maule), Andrés Maximiliano Tello (UPLA), Kathrin Thiele (Utrecht University) y Shannon Winnubst (The Ohio State University).
Además, el workshop se realizó en colaboración con la carrera de Traducción e Interpretación que imparte el Instituto de Literatura y Ciencias del Lenguaje, contando así con traducción simultánea realizada por sus estudiantes en práctica, a cargo de la profesora Lisette Chaigneau.
Terra y sus problemas actuales
En la búsqueda de un nuevo vocabulario crítico, que asuma el complejo escenario de crisis climática en el que nos encontramos, los análisis y las reflexiones en torno a la noción de Tierra se desplegaron en una propuesta de trabajo novedosa, que propició un verdadero y rico diálogo alrededor de lo que cada asistente propuso. Así, además de poner en juego las investigaciones que cada una/o/e venía desarrollando, se dio lugar a un ejercicio de imaginación y reflexión colectiva profundo. Nociones como materialidad, global, agua, experiencia, universalidad, violencia, naturaleza, historia, surco, litoral, tecnología, inteligencia artificial, testeo, propiedad, colonialismo, valor, economía, extractivismo, comunidad, tiempo, simultaneidad, urgencia y acción, son algunas de las palabras claves que circularon con intensidad en esta jornada.
Al respecto, pareció surgir una especie de consenso en torno al desafío y la dificultad que implica preguntarse seriamente sobre la Tierra en este contexto de crisis planetaria. Para algunas/os/es, esto significa suspender o poner entre paréntesis sus marcos teóricos más habituales, que están relacionados con sus contextos de formación preeminentemente eurocentrados. Esto implica, por ejemplo, pensar la tierra casi siempre ligada a las narrativas de la propiedad privada, el capital o el colonialismo. En ese sentido, quienes trabajan y reflexionan desde el norte global, reconocen la magnitud y radicalidad de sus desafíos, buscando elementos de análisis en otros paradigmas de pensamiento no occidentales, o ligados a otras formas de vida.
A su vez, las reflexiones giraron enfáticamente alrededor del factor del tiempo, ya sea como concepto, ya sea como el escenario existencial en el que se desenvuelve el pensamiento. El sentido de urgencia de las reflexiones, expresado en la sensación de que ya no tenemos más tiempo, así como las acciones y los métodos afirmativos que es preciso pensar, nos posicionan en un horizonte bastante particular en el que es preciso preguntarnos también sobre cómo leer lo que la tradición de pensamiento nos ha legado. Así, volver a los clásicos supone preguntarles desde un punto de vista implicado con la catástrofe, la crisis y la amenaza de un mundo que hoy se presenta como roto, fracturado.
Del mismo modo, la idea de que es necesario darnos elementos que asuman que esta crisis no se presenta de igual forma para todas/os/es, circuló con fuerza en este encuentro. A su vez, este diagnóstico debe situarse en virtud de la evidencia de que la amenaza a los modos de vida que conocemos hasta ahora es global y totalizante. De ahí que la reflexión sobre la Tierra no pueda estar exenta de la cuestión de la violencia, y en cómo esta se expresa en el orden social, político y económico en el que habitamos. El ejemplo elocuente de las zonas de sacrificio, tanto en Chile como en otros países, nos habla de este diferencial de medición que es preciso tener en cuenta a la hora de pensar la crisis, especialmente, en virtud de calibrar el costo en las vidas concretas de las personas.
Sin duda, la noción de “Tierra” nos lleva a tener que desembarazarnos de esquemas tradicionales de comprensión de la realidad, especialmente aquellos que profundizan los binarismos y dicotomías que parcializan y excluyen aspectos de ella. De ahí que sea necesaria la puesta en práctica de un punto de vista interdisciplinar, que integre los ámbitos sensibles, afectivos, epistémicos y culturales de la condición humana. Ciertamente, nos encontramos en una época en la que la tecnología, la inteligencia artificial y la forma en que se procesa la información supone una escala planetaria y global inusitada en la historia, situándonos de una forma muy particular con nuestra condición terrestre. De ahí que la interpelación filosófica sobre nuestra coexistencia sea radical, y requiera del esfuerzo de la comunidad por encontrarse y generar lazos internacionales donde se pongan en juego nuestras preocupaciones fundamentales.