El Ingeniero Constructor de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Dr. Juan Palma, nos recibió hace pocos días en su oficina de la Escuela de Ingeniería, para comentarnos los aspectos más significativos de su trayectoria como investigador PUCV. En la oportunidad, declaró su manifiesta inclinación por la investigación aplicada y señaló: “Los investigadores más jóvenes deben perder el miedo a vincularse con empresas y, de igual forma, deben generar alianzas con investigadores de otras escuelas para realizar trabajos interdisciplinarios”.
Profesor ¿podría contarnos cómo comienza su carrera como investigador PUCV?
Podría decir que todo comenzó cuando me egresé el año 1987 de ingeniero en la PUCV. En aquellos años, fui ayudante del Dr. Raúl Espinace, quien me invitó a participar de dos FONDECYT, relacionados con la línea de rehabilitación de rellenos sanitarios, trabajo que continúa hasta hoy.
Estas investigaciones, realizadas de forma interdisciplinaria con la Escuela de Agronomía PUCV, marcaron de cierta manera mi forma de investigar, porque se puede generar un valor mayor, si se analiza un problema desde distintas perspectivas. En aquella ocasión, nuestra escuela trabajaba sobre la parte estructural que consideraba mecánica de suelo, asentamientos y deformaciones de los rellenos, mientras que en paralelo los agrónomos trabajan sobre cubiertas vegetales. De este trabajo, aún podemos ver en la entrada en Limache, un lugar recuperado que, en la actualidad, incluso tiene instalaciones recreativas en su entorno.
¿En qué momento decide viajar a España a cursar sus estudios de Doctorado?
Tras participar de estos dos FONDECYT a principios de los años 90, Raúl (Espinace) me motivó a viajar a España a doctorarme, principalmente, por la experiencia adquirida en temas geotécnicos e ingeniería aplicada a este tipo de depósitos. Fue así como concentré mi trabajo en investigar aspectos geotécnicos de los rellenos sanitarios, asociados a resistencia y deformabilidad, tema incipiente y bastante nuevo en España.
¿Qué pasó en su regreso a Chile ya con el grado de Doctor?
R: Me incorporé de inmediato a la PUCV el año 1995, como profesor jornada completa. Desde ese momento participé en nuevas investigaciones aplicadas e interdisciplinarias, junto a investigadores de diferentes Escuelas como Ingeniería Bioquímica, Biología, Agronomía e incluso Trabajo Social. Mi idea fue investigar desde diversas perspectivas, el tema de la optimización de los vertederos y sus impactos en la comunidad. En resumen, armamos equipos para recuperar y rehabilitar zonas impactadas por residuos.
¿Qué impacto tuvo esta investigación interdisciplinaria?
R: Un impacto que duró cerca de 10 años investigando en conjunto con las escuelas antes señaladas.
Todo comenzó con un proyecto financiado por la Dirección de Investigación de la PUCV, a través de los proyectos DI. Este trabajo, posteriormente, nos permitió adjudicarnos nuestro primer FONDEF el año 2001, en el tema de “Rehabilitación de rellenos sanitarios y depósitos de relave minero”.
De esta investigación, obtuvimos resultados significativos, porque generamos información valiosa sobre la resistencia y deformación de los depósitos mineros y de residuos urbanos. Los agrónomos avanzaron en la selección de las especies vegetales que mejor comportamiento tienen sobre estos depósitos. Los biólogos desarrollaron un bio-mejorador de suelo, que generaba nutrientes para las plantas en lugares con sustratos pobres y sin necesidad de riego y la gente de trabajo social, pudo detectar como la gente visualizaba estos proyectos para lograr su participación.
¿Qué empresas o instituciones estuvieron vinculadas a esta investigación?
Trabajamos con instituciones como la Universidad de Cantabria de España y la Universidad de Calgary de Canadá, empresas como Enami y KDM, esta última era la dueña del relleno sanitario. En cuanto a los resultados, avanzamos bastante en la recuperación del suelo y nos motivó a seguir adelante en esta línea de trabajo. Fue así como nos adjudicamos un segundo FONDEF, esta vez con biólogos de la USACH, quienes trabajaron en cubiertas vegetales nativas. En resumen, estuvimos desde el 2001 al 2011 vinculados a este tema e incorporamos nuevas universidades y empresas.
Cuando se trabaja con empresas por tantos años ¿Nacen nuevas necesidades y, con ello, nuevas investigaciones?
Por supuesto. A modo de ejemplo, recuerdo el tema de la erosión eólica en los depósitos de relave de ENAMI. El problema en un primer minuto, trató de controlarlo la misma empresa, pero cuando se hizo insostenible, nos pidieron apoyo para encontrar soluciones. En aquella oportunidad, nosotros trabajábamos como investigadores dedicados al control de operación y dada esta circunstancia, desarrollamos una nueva línea de investigación y ampliamos nuestro campo de acción.
Así, desde un proyecto DI PUCV o de una simple contingencia no prevista, se pueden originar nuevas líneas de investigación, que dan vida a nuevas oportunidades. Lo importante es tener equipos capaces de hacerse cargo y aprovechar estas oportunidades que están disponibles para todos.
¿Qué vino después?
Derivamos a proyectos Innova-Chile, por una necesidad bien particular. En nuestras investigaciones anteriores trabajamos con un equipo de una empresa francesa que se introdujo en Chile, para evaluar la calidad del control de operación de los depósitos de relave. El equipo de penetración que mide la resistencia del terreno funcionaba muy bien, pero era necesario validarlo técnicamente. Eso lo logramos a través de un proyecto Innova-Chile, desarrollando una norma específica, para el control de la compactación de depósitos de relave.
Asimismo, logramos elaborar otra norma relacionada con el control de la erosión eólica en depósitos de relave. Todo este trabajo, generó diversas empresas que, hasta el día de hoy, entregan soluciones tecnológicas al sector productivo, por ejemplo, de descontaminación en proyectos de ingeniería aplicada a la minería.
¿Este trabajo sólo estaba enfocado en los relaves mineros?
En principio, sí. Luego trabajamos entre el 2011 y 2014 para incorporar estos proyectos de ingeniería aplicada a la minería, en otros ámbitos como son las obras viables, por ejemplo, a través de equipos capaces de medir la compactación del suelo, en las bases de los caminos.
Sin duda, el tema minero ha sido parte sustancial de su carrera como investigador ¿Esto es correcto?
Así es, incluso en la actualidad, trabajamos junto a un investigador australiano especialista en temas mineros, para determinar la factibilidad de desecar los tranques de relave. De esta forma, se evitaría peligros como son los deslizamientos en terremotos. Esta nueva línea de investigación aplicada a la minería, la estamos desarrollando para presentarnos a un nuevo FONDEF. Hasta el momento, ya tenemos las primera pruebas realizadas gracias al financiamiento, una vez más, de los proyectos DI de la PUCV.
Si pudiera dar un sello distintivo su trabajo ¿Cuál sería este?
Al trabajar con residuos – urbanos y mineros – que impactan mucho en la comunidad, es imposible abstraerse del tema de responsabilidad social como investigadores PUCV. Es decir, al momento de presentar un proyecto, en lo personal, es imprescindible incorporar las necesidades de la comunidad. En esta línea, hemos también trabajado en los últimos años, algunos proyectos DI en el marco del sello valórico PUCV, porque es un tema que convoca nuestra trabajo y lo vincula, por ejemplo, con los alumnos.
Sobre el valor de investigar vinculados a la comunidad, estamos evaluando trabajar nuevamente con otras escuelas de la PUCV y la USACH, en un proyecto sobre los residuos mineros abandonados en la región de Atacama. Este, tendría un alto componente de participación ciudadana, porque incorporaríamos a las comunidades en estos procesos de rehabilitación de suelo.
Considerando su trayectoria ¿Qué consejo podría entregar a los investigadores de la PUCV que se están iniciando?
Lo primero es decir que estoy en una etapa complicada, para dar consejos, porque para los jóvenes soy viejo y para los viejos soy joven. No obstante ello, me daré el permiso de transmitir algunas ideas que considero son importantes.
La primera y como lo dije antes, aprovechar todas las oportunidades disponibles para investigar. Para ello, es importante trabajar con más gente, integrando a los equipos de investigación, profesionales de mayor y menor trayectoria, que pertenezcan a escuelas o instituciones interesadas en el tema de investigación.
A modo de ejemplo ¿Podría darnos algunos ejemplos de este tipo de trabajos interdisciplinarios?
Por supuesto. Uno podría ser el ejemplo del profesor de nuestra escuela, Gabriel Villavicencio, quien junto a profesores de metalurgia, investigan la mejor forma de optimizar la obtención de cobre por lixiviación. Así, los metalúrgicos investigan cómo mejorar la obtención de cobre y los geotécnicos estudiamos los aspectos geotécnicos que definen la estabilidad física de las pilas de lixiviación.
Otro ejemplo vinculado a nuestro trabajo, fue el que se generó el 2014 en una jornada de la Vicerrectoría de Investigación y Estudios Avanzados, donde nos encontramos investigadores de distinta trayectoria y de diversas escuelas. Fue una muy buena instancia para conocernos y conversar. Tras esta jornada, el profesor Carlos Carlesi del Instituto de Química, se incorporó al proyecto FONDEF de electro-osmosis en que nos encontramos trabajando, con el objetivo de aprovechar al máximo su conocimiento teórico y, a partir de este, nosotros investigar su aplicabilidad.
¿Cómo cree usted que podrían generarse estos encuentros al interior de la PUCV?
R: A través de jornadas organizadas por la Dirección de Investigación o incluso aprovechando otras instancias existentes en la Universidad para debatir ideas y luego invitar a investigadores más jóvenes, al igual que lo hizo Raúl Espinace conmigo. En relación a lo señalado, hace pocos días conversando con la profesora Rosa Vera, de la Facultad de Ciencias, surgió la idea de trabajar en corrosión de estructuras en el suelo y como es un tema de mi especialidad, me interesó mucho la idea de realizar una investigación conjunta.
En relación a la acción de investigar ¿Algún tema particular que le gustaría desarrollar?
Hay ciertos mitos sobre la investigación, como por ejemplo la dificultad para relacionarse con empresas o hacer frente a evaluaciones muy severas sobre proyectos presentados.
Es importante que las nuevas generaciones de investigadores sepan, que es muy importante generar confianzas mutuas con las comunidades y con las empresas con que se trabaje. Dicho esto, les pediría no complicarse tanto en preocupaciones relacionadas a temas de patentes comerciales o robo de ideas. De igual forma, comentarles que en muchas ocasiones han rechazado nuestros proyectos, incluso con evaluaciones muy duras. En este tema, lo mejor es seguir adelante y no desgastarse buscando explicaciones, porque cuando dos personas miran una misma cosa, no siempre la valoran de la misma forma.
¿Alguna propuesta para fomentar más investigación en la PUCV?
Lo primero es decir que soy un agradecido de todo el apoyo que me ha brindado siempre la Dirección de Investigación, sobre todo, a través de los proyectos DI. Dicho esto, una idea que se me ocurre, podría estar en relación a los proyectos DI y su relación con las particularidades que tiene cada facultad.
Tal vez sería bueno generar concursos más focalizados, con temas más específicos y orientados a resolver problemáticas de las empresas que requieran investigación aplicada. De esta forma, las Facultades podrían detectar necesidades junto a las empresas y canalizarlas hacia la Dirección de Investigación.
Otra cosa podría ser agregar valor a los proyectos que tienen alto impacto social y que van en directo beneficio de la comunidad. Esta variable, tan importante en nuestros tiempos, no tiene una valoración significativa al momento de la evaluación de los académicos, hecho que podría considerarse a futuro.
Para finalizar y llevándolo al tema de la contingencia y aprovechando sus conocimientos en el tema ¿Qué cree usted que pasó en el incendio del relleno sanitario Santa Marta?
No podría afirmar que pasó en el incendio de Santa Marta, porque no tengo todos los antecedentes de lo ocurrido. Ahora en el plano de una opinión y por lo visto en ocasiones anteriores, en la generación de estas contingencias muchas veces se contraponen los aspectos técnicos y los intereses por optimizar los costos operacionales de los dueños de los rellenos sanitarios. En ocasiones anteriores, muchas veces se ha privilegiado la optimización del espacio disponible, con el objeto de incorporar más residuos, situación que ha generado problemas porque se modifica el diseño original y los rellenos se hacen más inestables.
Ahora si bien no puedo afirmar nada en este caso, sería bueno explicar a la comunidad que siempre existen posibilidades de incendios en los rellenos sanitarios, porque hay gases, combustibles y con temperaturas altas es posible que se den las condiciones para que haya combustión espontánea. En relación a esto, incluso se podría vincular esta explicación a la posibilidad de generación de incendios en los cerros de Valparaíso, que pueden asociarse al peligro constante que representa tirar y acumular basura en las quebradas.
Es decir, ¿Vivimos en permanente peligro?
La gente está muy desinformada y eso es peligroso. Elementos como el carbón, trapos, aceite, aserrín, algodón, paja, plásticos y algunos tipos de lana, entre otros, pueden llegar a sufrir combustión espontánea bajo ciertas condiciones de temperatura y humedad, sobre todo en verano.