La docente María Fernanda Flores Echeverría, perteneciente al equipo del Instituto de Química de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, nos recibió en su oficina de la sede PUCV Curauma, para contarnos parte de su experiencia académica que, entre otras cosas, se inició en el Liceo de Niñas de San Felipe, donde gracias al impulso entregado por la profesora de química quien potenció esta área “prácticamente desconocida y difícil” según comentó, le permitió dedicarse profesionalmente a la ciencia y convertirse en Químico Industrial y Doctora en Ciencias mención química de la PUCV.
Sobre su decisión de estudiar Química industrial, explicó: “Sabía que mi futuro estaba en las áreas de ‘Química industrial’, ‘Bioquímica’ y/o ‘Química y farmacia’. Tras tomar la decisión y a pesar de tener el puntaje en la PAA para irme a Santiago, decidí estudiar en la PUCV, por la calidad del programa y porque me acomodaba mejor la ciudad de Valparaíso para vivir. Desde ahí, mi carrera docente incluyó ser ayudante de laboratorio, encargado de laboratorio, ayudante de cátedra y, de ahí, hacer mis primeras clases como profesora”.
P: ¿Cómo vivió el paso por la formación de pregrado?
R: La verdad me fue bastante bien, de hecho terminé mis estudios a los 22 años, momento en que tuve que tomar la decisión de irme a vivir a Santiago para trabajar o seguir mis estudios de postgrado. Fue en aquel momento en que decidí dar un salto cualitativo en mi proceso formativo y me inscribí en el Doctorado en Ciencias con mención en química lo que, no solo implicó dedicar mi vida a la investigación, sino que, además, permitió desarrollar la veta de la docencia.
P: ¿Cree que fue la decisión correcta?
R: A veces me pregunto cómo habría sido mi vida en una empresa, porque me llama la atención hacer cosas concretas y rápidas. No obstante ello, me siento feliz y realizada en términos profesionales lo que, sin duda, me indica que haber tomado las oportunidades que se me han dado en la PUCV, fue lo correcto. En esta línea, más que ciencia básica, mi foco ha estado puesto en la ciencia aplicada y cómo agregar valor a nuestras investigaciones, este podría decir que es mi elemento diferenciador.
P: En el marco de los estudios avanzados ¿Cuánto impacto tuvo el Doctorado en su carrera profesional?
R: Otra vez me enfrenté a la decisión de seguir una carrera académica tradicional o dedicarme a trabajar en algo que tuviera un real impacto, en la solución de los problemas reales de las comunidades. La decisión fue por esta segunda línea, enfocándome en trabajar la tesis doctoral con agricultores, particularmente estudiando la feromona del chanchito blanco, plaga cuarentenaria causante de un buen número de rechazos en nuestras exportaciones.
Al respecto, si bien hay un trabajo en el impacto comercial de lo que investigué, una de las grandes satisfacciones de este trabajo, fue escuchar la retribución y valoración de los agricultores a nuestra investigación que sin lugar a dudas, fue la principal motivación para trabajar en una cadena de valor que finaliza con una solución concreta, puesta al servicio de la gente en el mercado.
P: De lo que dice, se desprende la idea de que hay muchas investigaciones que se pierden archivadas en ‘papers’ ¿Qué se podría hacer para revertir esta situación?
R: Seguir en el camino que ha tomado la PUCV en los últimos años, fomentando la transferencia tecnológica, la protección intelectual y la generación de licencias, es decir, apuntar hacia una investigación aplicada. En este camino se puede comenzar con una investigación inicial financiada internamente por la Dirección de Investigación, que nos aporte datos preliminares para optar luego a un Fondecyt y posteriormente a convocatorias tipo FONDEF, FIA o CORFO. De esta forma, el trabajo termina en algo concreto e idealmente, con proyecciones de mercado.
P: En el particular de su investigación ¿En qué momento está y qué beneficio ofrecerá a los agricultores?
R: En la actualidad y para el caso de chanchitos blancos, estamos concluyendo un proyecto FONDEF que da cuenta de los potenciales uso de las feromonas para el control de la plaga, con resultados promisorios para uso en control, por lo cual, esperamos que en un horizonte de 5 años podamos tener un producto nuevo en el mercado. En cuanto a los beneficios, entregaremos una nueva estrategia para controlar la plaga antes mencionada que, además, es libre de residuos y específica para la especie, con un efecto directo en la fruta de exportación.
P: ¿Cómo es el proceso desde que se inicia una investigación hasta que llega al mercado?
R: En esa línea de investigación, estamos trabajando otras plagas bajo esta misma lógica, donde el proceso comienza con la investigación básica que sale de los laboratorios PUCV, para luego avanzar a etapas de empaquetamiento y pruebas en campo y trabajo activo con empresas del rubro. En este sentido hemos tenido el financiamiento de proyectos FONDEF, FIA y ahora un CORFO por lo cual, estamos muy contentos y orgullosos del trabajo realizado.
P: ¿Alguna otra investigación en curso donde esté participando?
R: Sí. Tenemos otra línea de trabajo, donde nos buscaron para solucionar un problema concreto, que se presenta en la industria de control biológico, donde estamos avanzando para el desarrollo de dietas artificiales, para criar masivamente insectos para que actúen como controladores biológicos.
P: Se repite el tema agrícola transversalmente en tu trabajo ¿Alguna razón especial?
R: Nací y crecí en una zona agrícola, incluso trabajé en un packing desde los 15 años. Al respecto, creo que si no hubiese sido química, hubiese sido agrónoma. De esta manera, cuando aparece la ecología química en mi vida, me dije “esto es lo mío”.
P: En tu calidad de conocedora de las zonas agrícolas de la zona central de Chile ¿Es mito o realidad el tema del uso indiscriminado de pesticidas?
R: Desde mi perspectiva, el concepto de que los pesticidas son malos, es errado. Lo que uno debería tratar de hacer es lograr bajar la carga de pesticida y mantenerla en niveles adecuados de uso porque en un contexto de manejo integrado de plagas coexisten tanto el manejo agroquímico, como biológico y convencional. Es entonces de vital importancia, que lo agricultores conozcan los momentos más oportunos de aplicación, conociendo los estados susceptibles de la plaga y para ello juega un rol importante el monitoreo y las feromonas.
P: En el uso de pesticidas ¿Dónde estanos fallando entonces?
R: Un problema típico, se relaciona con la planificación de uso de pesticidas en la temporada. Hay veces que el agricultor aplica x veces al año un pesticida en el predio, lo cual provoca uso en periodos donde no está presente la plaga o no hay un estado susceptible o expuesto de la especie, esto trae consigo aplicaciones reiterativas y no acordes con la biología del insecto. Si bien se ha avanzado en reducir estas cargas aún queda desconocimiento y malas prácticas a revertir.
En este contexto, como investigadores tenemos un desafío muy interesante para generar nuevas estrategias de control, cada vez más inocuas y que atiendan al contexto local y nacional. No olvidemos que nuestra región es agrícola.
P: Volviendo al tema de la investigación ¿Cómo es el vínculo entre la academia y el mundo privado? ¿Existe interés en invertir en investigación?
R: En primer lugar, hay que sacar el prejuicio de que las empresas no quieren invertir en investigación. En este punto, es necesario aprender a hablar su idioma. En mi caso, esto lo viví con mi tesis doctoral, donde tuvimos duda del interés que podrían tener las empresas en nuestro trabajo, ya sabes que hay muchos mitos sobre este tema.
Nuestra estrategia, se sustenta en llegar a la empresa con una propuesta metodológica concreta, que explique los beneficios que se van a obtener. Es necesario que los investigadores enfoquen su discurso en ideas que beneficien a la industria, en cuanto a los productos que el mercado necesita. Comprendiendo esto, todo se hace más fácil.
P: Finalmente, ¿Cómo visualizas el futuro de tu quehacer como investigadora PUCV?
R: Seguir desarrollando investigación aplicada que trasciendan del nivel del prototipo. Quiero seguir generando productos que salgan al mercado a solucionar problemas concretos, para ello es fundamental y aquí mi agradecimiento a mi equipo de trabajo, tesistas y colaboradores de distintas universidades que hacen posible este quehacer.
Asimismo, agradecer a las Direcciones de Investigación e Innovación y emprendimiento de la universidad que, junto con entregar herramientas para la investigación y apoyar nuestro desarrollo profesional, ha sido capaz de fomentar un clima laboral, donde todos somos personas integrantes de una comunidad, donde las relaciones humanas se establecen en un marco de respeto, digno de destacar.