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Jorge Michalland Byxbee:

Estrés, un efecto en tiempos de pandemia

Jorge Michelland, Kinesiólogo, Magister en Neurociencia

El estrés afecta nuestra salud, ya lo sabemos y lo estamos experimentando en las especiales circunstancias que estamos viviendo hace unos meses por la pandemia del Covid-19, pero ¿sabemos realmente lo qué es el estrés? Según el profesor de la Escuela de Kinesiología de la PUCV, Jorge Michalland, lo más importante es saber que el estrés se debe ver como un efecto y no una causa, señalando al respecto que: "en estos momentos hay circunstancias externas a nuestra persona, como el riesgo a contagio con un virus que podría enfermarnos gravemente o que estemos portando asintomáticamente y que nos haga ser contagiantes sin saberlo. Hay que sumar el confinamiento sanitario, a veces en viviendas pequeñas, la restricción de desplazamiento en la ciudad y la incertidumbre respecto a: si nos vamos a enfermar, si se enfermarán los miembros de mi familia, si perderemos el trabajo, etc".

En palabras del profesor Michalland, todos estos elementos pueden ser grandes estresores, es decir, son situaciones eventuales de riesgo a nuestra integridad, ante lo cual nuestro organismo reacciona con un estado de estrés, de aumento de la activación fisiológica, pero de signo negativo. O sea, que nos produce una vivencia cognitiva de inseguridad, desconfianza, irritabilidad, inquietud, aislamiento, insomnio, denominada ansiedad y que tiene síntomas orgánicos como sudoración, sequedad de la boca, temblor, palpitaciones y molestias gastro intestinales entre otras.

Michalland sostiene que el gatillante de esta reacción de estrés, es la percepción de riesgo a nuestra salud y nuestra seguridad presente y futura, señalando que: "El humano vislumbra posibles futuros y actúa según ello. Por ejemplo, alguien decide estudiar pintura al óleo durante un curso de un año y piensa continuar pintando. O quiere seguir un curso de baile porque le encanta bailar, pero quiere hacerlo mejor". Agregando además que: "el ser humano necesita certezas y orden. Eso es parte de nuestra conformación como especie. Por eso somos tan inquisitivos y soñadores de futuros. Nos gusta ver películas, dramas, comedias, novelas, pensar y consolidar novedades. Así hemos sobrevivido en el mundo, adaptándonos a entornos que cambiaron".

Ante estas situaciones y según explica Michalland, se pueden tener múltiples aprehensiones, miedos a remotas posibilidades de desgracias personales, a exagerar nuestras reacciones a pequeños problemas o ver pequeños fracasos como catástrofes. Señalando al respecto que: "Todo esto no es sano y produce un estado de estrés que nos daña, disminuyendo nuestra inmunidad, nuestra formación de memoria, nuestra estabilidad emocional, nuestro rendimiento, nuestra vida afectiva y relacional. Así sucede por la sobre estimulación fisiológica (estrés), que, de mantenerse en el tiempo, ocasiona el agotamiento de estos mecanismos de adaptación, su desajuste y la aparición de enfermedades secundarias.

¿Qué podemos hacer entonces?

Antes de pretender relajarse, es necesario poner en orden los ciclos orgánicos, dormir lo necesario, comer en los horarios óptimos, hacer rutinas de actividades necesarias para el trabajo, para el hogar y para la recreación, mediante actividades activas o pasivas. Al respecto el académico de la escuela de Kinesiología señaló que: "Hacer ejercicio es realmente un gran remedio para males físicos y emocionales, como la ansiedad y para su prevención. Si no podemos caminar por el barrio a paso enérgico, podemos trotar en el lugar, realizar abdominales, bicicleta estática, posiciones de yoga, estiramientos, bailar, etc. Si es en pareja, tanto mejor. Podemos cambiar la caminata hacia el refrigerador por una actividad física equivalente que nos agrade."

Un paso importante para evitar niveles de estrés alto, es según Michalland, cambiar las auto-recriminaciones y pensamientos distorsionados tales como "soy muy tonto por preocuparme tanto de esto", "no sirvo para esto", o "están exagerando con estas medidas sanitarias"", o "no es para tanto, de algo tenemos que enfermarnos", "me hablaron de unas hierbas que previenen el Covid 19 y que sale en internet", etc.

Para el profesor de la escuela de Kinesiología, vivir significa adaptarse a las circunstancias fluctuantes del medio externo e interno. La clave es la adaptación y la aceptación; el afrontar lo que nos presenta la vida, el presente, y no inquietarnos por posibles futuros en que no podemos intervenir. Pero sí podemos manejar muchas de nuestras circunstancias y bajar el peso a las situaciones estresantes, desterrando las auto recriminaciones, exageraciones, minimizaciones y cambiándolas por palabras de auto afirmación:" yo puedo", "lo voy a intentar", "iré de a poco", "esto que pasa es real" y "realmente esto es serio y hay que cuidarse", " el distanciamiento social, el lavado frecuente de manos y el uso de mascarilla es esencial", "no hay remedios milagrosos".

La empatía por la integridad de los otros, se reconoce como una conducta para moderar es estrés en un contexto social, y esperar para ejercer el pleno derecho de salir a donde nos plazca, es una actitud que nos demuestra como humanos.

¿Cómo logramos relajarnos?

Para Michalland, el instaurar rutinas y actividades que nos permitan reducir la activación fisiológica, favorecen la relajación, señalando al respecto que: " si tenemos en cuenta todo esto, porque la evidencia científica señala que todas estas medidas se complementan favorablemente, podemos beneficiarnos más con la relajación, que es provocar en nosotros lo opuesto a la reacción de estrés, es decir, provocar una respuesta sistémica de disminución de la activación fisiológica, mejorando nuestra inmunidad y capacidad de adaptación a un medio riesgoso y cambiante". Agregando además que: "se han desarrollado muchos métodos para lograr y mejorar la relajación, en individuos sanos pero estresados y en personas con ciertas condiciones de salud alterada, más estresados aún."

Las recomendaciones del académico de la escuela de kinesiología son elegir un ambiente relativamente tranquilo, sin interrupciones, silenciando los dispositivos de comunicación, abrigarse, ponerse cómodos sentados o recostados, cerrar los ojos y disponer nuestro ánimo a descansar conscientemente.

¿Qué ejercicios podemos realizar?

Según lo señalado por Michalland, una modalidad fácil y efectiva para relajarse en estas condiciones es respirar por la nariz lenta y profundamente desde el abdomen, con los hombros bajos, sin gesticular, durante 4 tiempos y botar el aire por los labios durante 8 tiempos. Señalando al respecto que: "Después de algunos 3 minutos, cuando se nos haga trabajoso soplar, quedémonos respirando normalmente, disfrutando de la tranquilidad obtenida, pensando solamente en nuestra respiración, por el tiempo que queramos. Y así podemos repetir esta agradable experiencia cada día o dos veces diarias. Las repeticiones nos permitirán aprender a relajarnos progresivamente mejor."

Cuando alguna situación nos estrese, pensemos en todo lo que se ha señalado aquí para no estresarnos tanto, y apliquemos estos consejos fáciles para sentirnos mejor, por estos medios fisiológicos. ¿Quieres practicar?

Fuente: Facultad de Ciencias