En un ambiente de profunda emoción y recogimiento, y con un llamado a la paz en el país, se realizó en la Capilla de Casa Central una Liturgia Ecuménica conmemorativa de los 50 años del golpe de Estado y el quiebre democrático en el país, oportunidad en la que se rindió un homenaje al padre Pedro Gutiérrez, quien tuvo un papel fundamental en la Universidad a partir de la convulsionada década de los 80, acompañando siempre a las y los estudiantes, funcionarios y académicos en aquellos difíciles años.
Sobre la ceremonia ecuménica, el Obispo de Valparaíso y Gran Canciller de la Universidad, Monseñor Jorge Patricio Vega, explicó que, al iniciar el mes de la Patria, “nos hemos reunido diferentes confesiones religiosas a rezar por nuestro país en este mes que tanto queremos pero que se presenta un poco complicado (…) por un hecho que aún trae división. Es necesario que quienes profesamos la fe por Jesucristo, quien rezó por nosotros por la unidad, nos juntemos a rezar también por nuestra patria”.
Durante la liturgia, Monseñor Vega señaló que “en los tiempos actuales, más que nunca los creyentes debemos tomarnos de las manos y pedir por nuestra patria. No es un secreto para nadie que estamos viviendo tiempos complejos, los ánimos están polarizados, los poderes nos han llevado a dividirnos entre nosotros. Vivimos tiempos en los que se busca una nueva Carta Magna para nuestro país, y eso, en lugar de calmarnos, hace que estemos nerviosos. No sabemos por dónde vamos a caminar”.
Es por esta razón que, para pensar en el futuro, invitó a “avanzar en paz, unidos y en fraternidad”, ya que de esta manera podremos construir y heredar para las futuras generaciones un país con sólidos cimientos.
HOMENAJE AL PADRE PEDRO GUTIÉRREZ
El padre Pedro Gutiérrez es sacerdote del Instituto Secular Padres de Shoenstatt, Profesor Emérito de nuestra Casa de Estudios y fue director del Servicio de Asistencia Religiosa desde su fundación, en 1987, hasta el 2000.
Muchas son las generaciones de la Católica de Valparaíso que han sido marcadas por su generosa entrega, disposición de servicio e innumerables acciones del quehacer universitario, especialmente en los álgidos años de la década de los ochenta. “Cuando el país, particularmente nuestra universidad, vivía momentos complejos, el siempre acompañó a las y los estudiantes, profesores, funcionarios y autoridades, siendo un puente para que pudiésemos entendernos de la mejor forma, para que hubiera paz, comprensión y lugares de encuentro”, señaló el profesor del Instituto de Geografía, Jorge Negrete.
El exrector Bernardo Donoso recordó que “durante muchos años lo vimos siempre abierto, sin separar a ninguno de otros, buscando la unidad, la conversación, abriendo su corazón, dispuesto a escuchar y a construir un camino. Siempre al servicio de los demás. Esa es la figura que tengo en mi mente respecto de su paso por la Universidad: eso es catolicidad”.
“El padre Pedro Gutiérrez Domínguez fue un actor fundamental en lo que significan los procesos de defensa de los derechos humanos y la dignificación de las personas. Era de una gran cercanía y bondad, el padre Pedro era de todos y era la persona cercana que teníamos (…) Para nuestra organización fue vital, estuvo con nosotros en momentos muy difíciles”, concluyó el presidente del Sindicato N°1 de Trabajadores de la PUCV, Osvaldo León.
Por Juan Pablo Guerra
Dirección de Comunicación Estratégica