El Príncipe bonito
Había un príncipe que estaba convencido de que era el hombre más atractivo del mundo. A todos viajeros que pasaban por su palacio les preguntaba:
- "Han visto a algún hombre más bonito que yo?"
Nunca nadie lo contradijo, es más, un adulador le dijo: "- No hay nadie más bonito que usted mi príncipe, es más bello que cualquiera de los dioses". Esto hizo más feliz a este príncipe narciso que donde iba afirmaba que era más bello que incluso cualquier dios.
Un día llegaron al palacio dos visitantes que se identificaron como dioses.
"-Hemos venido a ver si es tan bonito como usted dice", le explicaron.
"¿No lo soy? " respondió el príncipe.
"- Bueno, vinimos temprano esta mañana a verlo pero estaba dormido, dijo uno de los dioses, pero usted estaba mucho más bello, más joven..."
-"Pero cómo puedo perder mi belleza en tan pocas horas...? Llamó a sus sirvientes y les preguntó. –"¿Estaba más bonito en la mañana temprano?"
-"Usted está igual querido príncipe" respondieron en coro.
- Bueno, pero nosotros somos dioses, dijo uno de los visitantes, y podemos ver lo que tus empleados no pueden ver. Su visión es imperfecta y te lo demostraremos. Traigan una olla con agua". Trajeron la olla llena de agua y uno de los dioses les pidió al séquito de sirvientes que miraran atentamente el agua en la olla. Luego le pidió que se retiran y tomando una cuchara de agua se la bebió. Inmediatamente pidió que volvieran los empleados y les preguntó:
-"Hay algún cambio en la olla con agua? preguntó uno de los dioses.
-"Está igual, no ha cambiado nada", respondieron.
-"Ellos no pueden ver que el agua ha disminuido", dijo el dios, "del mismo modo no pueden ver cómo tu belleza se ha deteriorado"
El príncipe comenzó a tiritar y pensó: "Mi belleza disminuye cada día. Dura muy poco...¿por qué me enamoré de algo que es provisorio y escurridizo? Me debería preocupar de cosas que son eternas".
Nunca volvió a mirarse en el espejo, renunció a su trono y se convirtió en un monje.