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Los amigos en blanco y negro de Claudio Zett

Los dálmatas tienen una esperanza de vida entre 10 y 14 años

En la década de los 90 y con el estreno de la película 101 dálmatas, esta raza de perros se volvió muy conocida en el país y es probable que la gran mayoría haya conocido al menos una persona que tuvo uno de estos perros. Sin embargo, con el paso del tiempo esta raza se dejó de ver con tanta frecuencia y hoy ya no se encuentran comúnmente paseando por las calles como en otros tiempos. El director de la Escuela de Tecnología Médica, Dr. Claudio Zett, siempre se ha sentido fascinado por estos perros y es por ello que desde hace algún tiempo se dedica a su crianza y posee 12 ejemplares inscritos a su nombre.

Según lo señalado por el doctor en oftalmología, su fascinación por esta raza nace desde que él era pequeño, pero nunca pudo tener un dálmata, dado que a su papá le gustaban los pastores alemanes. En ese momento decidió que en su adultez y cuando tuviera mayor independencia tendría uno de ellos, comentando además que: “desde pequeño me dedique a estudiar la raza, sus estándares, los problemas de salud asociados y ahí le tome sentido que a la gente le gusten algunas razas en específico. A mí en lo general me gustan todos los animales y en los perros da igual si son de raza o mestizos. Sin embargo, me gustan los dálmatas como raza en particular porque sus características que responden a esta raza son las que más se aproximan a mí, por ejemplo, que es un perro inquieto, que necesita actividad física, muy humano y cariñoso”.

Actualmente Claudio Zett es el único criador de dálmatas inscrito en el Kennel Club de Chile, por lo que todos quienes buscan un perro con registro, deben contactar al docente de Tecnología Médica y su criadero Kawésqar, que recibe su nombre de un pueblo costero de nuestro país y que posee una estructura muy similar a la del pueblo de Dalmacia, lugar de donde serían originarios los dálmatas. Además, posee en copropiedad al ganador del “mejor de raza”, premio que recibió en el Campeonato Mundial celebrado en Brasil. Este ejemplar fue adquirido en Estados Unidos y es hijo, según lo señalado por el Dr. Zett, del Campeón Mundial más reconocido de la historia de los dálmatas.

En su modelo de crianza, el Dr. Zett busca evitar problemas típicos de la raza y también mejorar ciertas características genéticas, para esto realiza un trabajo donde busca que las cruzas no se realicen en perros que tengan consanguinidad en al menos 4 generaciones, señalando eso sí que algunos criaderos si realizan este tipo de cruzas, pero que para lograrlo han debido trabajar para tener el control de todas las características genéticas de su linaje, agregando que: “así como se pueden potenciar las buenas características, también puedes potenciar las malas cuando son parientes muy cercanos. Por eso se debe tener mucho conocimiento, experiencia y que trabajar con muchas camadas. Yo no hago más de dos camadas al año y hubo momentos en que no tuve camadas en uno o dos años, por ejemplo, en la pandemia que no estaban las condiciones para poder hacerlo”.

Este tipo de trabajo requiere de bastante dedicación y busca mejorar la calidad de vida de los perros, un elemento que para Claudio Zett es fundamental. En el desarrollo de este sistema, el Director de la Escuela de Tecnología Médica, entrega cachorros seleccionados de cada camada, para que se conviertan en la mascota de personas que sean parte de su círculo más cercano, pero con el compromiso de tener ciertos estándares de cuidado, relacionados con la alimentación y su salud, además de estar inscritos a nombre de Claudio Zett y que se lo entreguen para realizar las cruzas, una o dos veces en la vida del can.

La cruza de los animales es un tema donde el Dr. en oftalmología pone mucho cuidado. En primer lugar, ninguna perra se cruza más de dos veces, la primera vez entre el cuarto o quinto celo y por última vez hasta los cuatro años de edad. Este sistema lo utiliza principalmente para cuidar la salud de la perra, señalando al respecto que: “estos tiempos son los mejores para buscar una cruza, dado que así el dálmata se puede recuperar de mejor forma del maltrato que tiene toda madre durante un parto, además que suelen ser camadas grandes de entre 8 a 10 cachorros”, complementando además que: “después de eso si uno no es criador y no tiene el propósito de criar, es mejor dejarlo en manos de alguien que se dedique netamente a eso”.

Los dálmatas sufren principalmente de sordera, dermatitis y cálculos urinarios, por lo que es importante tener algunos cuidados especiales. Para la dermatitis es importante que el baño sea con shampoo hipoalergenico neutro, dado que cualquier otro químico podría desencadenar dermatitis. Para evitar o disminuir el riesgo de cálculos renales, es importante que el perro siempre tenga una gran cantidad de agua fresca y que orine con frecuencia, además de una dieta baja en purinas.

El tema de la sordera es poco lo que se puede controlar, dado que siempre nace al menos un dálmata sordo por camada. Este perro no se vende, pero si se entrega a una familia que entienda que si bien, es un perro que se desarrolla de manera normal, se relaciona con uno de manera distinta. Al respecto, el Dr. en Oftalmología comentó: “El perro siempre te va a estar mirando para recibir una instrucción, no es que tú lo puedas llamar en una salida para que el vuelva, porque no te va a escuchar, pero si hay collares que vibran para que el perro sepa que tiene que volver. Cada vez tenemos menos perros sordos en las camadas, pero a veces ocurre y es tan típico como encontrar un dálmata con manchas”.

De acuerdo a lo comentado por el profesor, el pedigree de un perro, no es un documento elitista que representa clase, si no, que es conocer quiénes son sus padres, abuelos y su linaje, entendiendo que existió un proceso selectivo que busca evitar problemas de salud y que busca mejorar temperamento y otros elementos.

Fuente Facultad de Ciencias