Jesús descubre la Escuela de Ingeniería Bioquímica por medio de su profesor guía, Augusto Castillo, y su orientador, Roberto Vega, quienes ambos realizaron sus maestrías en la EIB, quienes además de ayudarlo en el trabajo de tesis, lo orientaron y animaron a seguir sus estudios en la EIB.

En su primera visita a Chile, Jesús reconoce la gran proyección de esta disciplina: “La ingeniería de bioprocesos es una de las áreas con mayor potencial por la gran cantidad de microorganismos, la gran variedad de sustratos en donde pueden crecer, y la gran variedad de campos en donde se pueden utilizar, ya sea en la parte ambiental, alimentaria y un gran número de aplicaciones”. 

Dentro de su experiencia laboral, destaca la realización de proyectos de i+D para algunas empresas en Perú, a través de una empresa y también como consultor independiente; además de trabajar como examinador en la Oficina de Patentes en Perú: “Así pude llegar a una visión de trabajo puesta en la importancia de los proyectos de i+D y su vinculación con la propiedad intelectual, para lograr la transferencia tecnológica”.

Durante su primeras semanas en la EIB, Jesús ha aprovechado de pasar por los laboratorios, conversar con los profesores y ver en que proyectos están trabajando en este momento. “Me interesa algo relacionado con procesos agroindustriales, que es el campo que yo he manejado; o bien algo relacionado con microalgas, en la producción de biocombustibles; algo que se relacione con los conocimientos que tengo, para aprovechar mi trayectoria anterior”, señala el estudiante.