El Laboratorio de Docencia CU 107, destinado para realizar actividades prácticas en el área de la Biología Molecular, recibió recientemente cinco nuevos equipos como parte de los avances del Plan de Concordancia entre las Unidades Académicas y la Vicerrectoría de Desarrollo. Esta iniciativa se enmarca en el cumplimiento del cronograma del Plan de Desarrollo Estratégico Institucional (PDEI) 2023–2029.
Entre los nuevos implementos que recibió el laboratorio ubicado en el Instituto de Biología en el Campus Curauma destacan un termociclador con gradiente T-100 BIORAD, un agitador orbital DLAB, un termobloque BIOBASE, un microscopio invertido OLYMPUS y un sistema biométrico de acceso para el laboratorio. A estos se suma próximamente la incorporación de una máquina de hielo BIOBASE con una producción de hielo en escamas de 20Kg/24hrs.
La inversión tiene como propósito robustecer la docencia de pregrado para las carreras de Licenciatura en Biología, Pedagogía en Biología y Ciencias Naturales, Bioquímica y Tecnología Médica, así como también la docencia y apoyo al desarrollo de tesis para los tres programas de postgrado del Instituto de Biología, correspondiente al Magíster en Ciencias Microbiológicas, Magíster en Ciencias Biológicas y Doctorado en Biotecnología.
El vicerrector de Desarrollo, Jorge Mendoza, destacó que esta mejora forma parte de una estrategia institucional más amplia que busca consolidar la infraestructura universitaria al servicio de la excelencia académica, lo que se plasma en los planes de concordancia.
“Lo relevante es que estos planes de inversión en equipamiento fueron definidos de manera conjunta con las Unidades Académicas y en este caso particular con el Instituto de Biología, donde se busca fortalecer las actividades prácticas de los estudiantes de pre y postgrado. Sin duda es importante ir materializando en hechos concretos nuestra planificación estratégica, en este caso incorporando nuevo equipamiento”, indicó.
El profesor Fernando Gómez, académico del Instituto de Biología y usuario habitual del laboratorio, explicó que el nuevo termobloque permite la realización de diferentes procedimientos lo que posibilita incubar muestras a temperatura controlada entre 20°C y 100°C, facilitando la evaluación de proteínas y ácidos nucleicos. “Este equipamiento es clave para actividades prácticas como la extracción y visualización de proteínas, beneficiando a estudiantes de las carreras de Bioquímica y Licenciatura en Biología, entre otras”, señaló.
El académico destacó que el agitador orbital cumple un rol importante en prácticas de visualización de proteínas y ácidos nucleicos, aplicadas en cursos de biología celular, genética e inmunología. En tanto, el nuevo microscopio invertido ofrece una perspectiva innovadora. “A diferencia de los microscopios tradicionales, sus lentes objetivos están ubicados por debajo de la placa donde se encuentra la muestra, lo que permite observar células eucariotas (mamífero, insecto o peces) cultivadas en placas o botellas de fondo plano. Incluso es posible trabajar con bacterias patógenas”, permitiendo visualizar células infectadas, puntualizó.
Desde la gestión del laboratorio, Sandra Zelada, encargada del espacio, valoró la adquisición del nuevo equipamiento: “Estas incorporaciones representan un avance significativo en términos tecnológicos y en la calidad de la formación de nuestros estudiantes. El aporte de los investigadores ha sido clave para orientar la compra hacia tecnologías de mayor nivel y utilidad docente”.
El profesor Gómez explicó que la demanda por técnicas de biología molecular ha ido en aumento. “La PCR es una herramienta rutinaria en la biología molecular, ampliamente conocida por su uso durante la pandemia, pero aplicada desde los años 90. Hoy se emplea para validación de ADN, identificación de patógenos, diagnóstico médico y desarrollo de nuevos fármacos. Que los estudiantes accedan a estas técnicas desde la formación inicial es fundamental para su desarrollo académico y profesional”, complementó.
VOCES ESTUDIANTILES
Josefa Guajardo, estudiante de Bioquímica, valoró este nuevo equipamiento. “Gracias al curso optativo de Genética Molecular e Ingeniería Genética en este laboratorio he aprendido técnicas nuevas y ampliado mis conocimientos”.
Por su parte, Alexis Orellana, también de Bioquímica, destacó el impacto en su formación. “Esta tecnología nos permite acercarnos de forma más profesional a las asignaturas. Antes trabajábamos con un termociclador antiguo; ahora, el cambio se nota: el nuevo equipo es más intuitivo y fácil de usar”.
Por Juan Paulo Roldán
Dirección de Comunicación Estratégica