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Facultad Eclesiástica de Teología participa en estudio internacional sobre Familia y Pobreza Relacional

El Programa de Ciencias para la Familia de la Facultad es una de las 14 instituciones a nivel mundial que forman parte de este estudio, liderado por el Family International Monitor y el Pontificio Instituto Juan Pablo II para las Ciencias del Matrimonio y la Familia de Roma.

Jueves 8 de abril de 2021

Facultad Eclesiástica de Teología participa en estudio internacional sobre Familia y Pobreza Relacional - Foto 1
Facultad Eclesiástica de Teología participa en estudio internacional sobre Familia y Pobreza Relacional - Foto 2

08.04.2021

Junto con la conmemoración de Semana Santa, los primeros días de abril trajeron consigo otra buena noticia: ya fue publicada, en tres idiomas, la primera parte de la investigación "Familia y pobreza relacional" que aborda la interacción ambivalente entre familia y pobreza, a partir del análisis de los datos de la encuesta aplicada en los diferentes países que participan del programa.

El Programa de Ciencias para la Familia de la Facultad Eclesiástica de Teología PUCV fue la única institución a nivel nacional que participó de este importante análisis liderado por el Family International Monitor, el Pontificio Instituto Juan Pablo II para las Ciencias del Matrimonio y la Familia de Roma y diversas universidades a nivel internacional.

El informe aborda la realidad de 12 países en África, América, Asia y Europa; cuyos resultados son analizados mediante un modelo de interacciones que cruza la condición de la mujer, el cuidado de las relaciones familiares y la pobreza económica como temas transversales, con seis puntos clave de la fragilidad relacional en la vida familiar: pobreza educativa entre la familia, la escuela y la sociedad; nacer y crecer: la dificultad de ser niño; parejas vulnerables y padres solteros; ser joven: un reto complejo; personas mayores, entre la fragilidad y los vínculos intergeneracionales y relaciones envenenadas: conflictos y violencia en la familia.

En el mes de abril se realizará una presentación internacional desde Roma, y en mayo esperamos realizar un webinar con el equipo de investigadores, el que esperamos difundir conjuntamente con la Dirección de Vinculación con el Medio”, adelanta Juan Pablo Faúndez Allier, Director del Programa de Ciencias para la Familia de la Facultad Eclesiástica de Teología PUCV.

La publicación, editada en español por la Universidad Católica San Antonio de Murcia y encabezada por el Observatorio Internacional de la Familia, focaliza su estudio durante dos años en la perspectiva de familia y pobreza relacional, para luego, en una segunda etapa, evaluar el factor de pobreza económica y sus graves repercusiones personales, familiares y sociales. 

“La elección de esta perspectiva proviene de la conciencia de la importancia que tiene para el normal desarrollo del ser humano su condición “vinculada” a su entorno humano, y muy primariamente a su entorno familiar. Cuando éste se empobrece deja de ser ámbito afectivo, educativo y de transmisión de los valores que individuo e institución habrían de aportar a la construcción de una sociedad justa y solidaria”, explican en la presentación del informe José Luis Mendoza, vicepresidente ejecutivo del Observatorio Internacional de la Familia; Antonio Rizzolo, presidente del Centro Internacional de Estudios de la Familia (CISF) y Mons. Pierangelo Sequeri, presidente del Pontificio Instituto Teológico Juan Pablo II para las Ciencias del Matrimonio y de la Familia.

EL CASO CHILENO

El Informe País elaborado por el Programa de Ciencias para la Familia de la Facultad Eclesiástica de Teología PUCV señala que en Chile hay alrededor de 5.800.000 familias, con un promedio de más de tres miembros. La pareja con hijos sigue siendo la composición familiar más común. En más de la mitad de las familias chilenas vive al menos un joven menor de 15 años, mientras que en el 22% vive al menos una persona mayor. Las familias monoparentales son más del 12% del total, y en más de 8 de cada 10 casos es la madre la que realiza la función parental. De particular importancia son los datos sobre familias extensas que en Chile están muy difundidas (18,99%), con una fuerte presencia de familias multigeneracionales. 

“La mejora de las condiciones de vida de la población chilena ha permitido ampliar la esperanza de vida hasta el umbral de los ochenta años. Las mujeres chilenas tienen en promedio poco más de 1,5 hijos cada una, pero la maternidad entre las adolescentes está bastante extendida (41 casos por cada mil niñas). En cambio, la mortalidad infantil sigue siendo elevada”, advierte el estudio.

A su vez, el análisis incluye dimensiones como educación, economía, negocios, comercio y tecnología, trabajo y distribución de los ingresos en Chile, a partir de los cuales se levanta un breve perfil estadístico identificando fortalezas y debilidades en el marco del contexto estructural, económico y social de referencia. Con ese fin, se ha seleccionado un conjunto de 90 indicadores sobre ocho áreas temáticas diferentes, que pudieran ofrecer de forma homogénea una referencia estadística general para cada país.

PRINCIPALES CONCLUSIONES

A lo largo de las 288 páginas del texto, los datos levantados por el Programa de Ciencias para la Familia de la Facultad Eclesiástica de Teología PUCV son puestos en perspectiva con la realidad de países tan diferentes como Benín, Kenia, Sudáfrica, Brasil, Haití, México, India, Líbano, Qatar, España e Italia. 

Entre las principales reflexiones y conclusiones que colocan a las relaciones en el centro del bienestar familiar, destaca la confirmación de la centralidad de las relaciones familiares en los diversos contextos, un recurso fundamental -y difícil de sustituir- para proteger y promover el bienestar de las personas. A su vez, los vínculos entre generaciones son otro recurso crucial, que se manifiesta de formas muy heterogéneas en los distintos países analizados.

Particularmente relevante, aunque no siempre presente, es también la apertura de las relaciones familiares a otras relaciones cortas, que se convierten en relaciones de solidaridad social, hasta llegar, en algunos contextos, a una paternidad social compartida con respecto a las nuevas generaciones. “Muy a menudo estas redes comunitarias se convierten en verdaderos vehículos y potenciadores de ciudadanía activa y de responsabilidad social, favoreciendo la construcción de un capital social comunitario cuyo excedente generativo y prosocial de las familias se convierte en un elemento precioso”, puntualiza la investigación.

Los datos indicaron además la importancia crucial de una interacción positiva de las redes familiares y parentales con los sistemas educativos, que en muchos contextos siguen siendo uno de los principales instrumentos de apoyo a la dignidad y la igualdad de oportunidades de todos. 

Por otro lado, una primera vulnerabilidad dentro de las familias parece depender directamente de las estructuras familiares, ya que las familias monoparentales y las familias con muchos hijos, según el estudio, pueden estar más expuestas a una mayor fragilidad y vulnerabilidad socio-relacional. A las fragilidades de algunas estructuras familiares se añaden las de los miembros individuales, como los menores y las mujeres, más el aislamiento social de las familias.

Otra vulnerabilidad se refiere al papel que tiene el patrimonio no monetario familiar en la calificación de las oportunidades futuras de las personas; más la presencia de fuertes desigualdades socioeconómicas en la sociedad, por cuanto la desigualdad interna (índice de Gini) plantea diferencias significativas entre los países.

En el ámbito de las políticas públicas, de los diferentes Informe País surgen numerosas evaluaciones y propuestas con respecto a las políticas familiares realmente vigentes, más precisas cuanto más se contextualizan en los escenarios locales. De acuerdo al estudio, la primera necesidad de las familias es que se les legitime y se les reconozca su función social. Por lo tanto, se necesitan políticas subsidiarias, de promoción social y de empoderamiento. Un segundo elemento decisivo es apoyar las relaciones familiares, un verdadero recurso específico y estratégico del actor social de la familia; más la urgencia de la reducción de las desigualdades socioeconómicas.

Ver un resumen del informe ACÁ

Quiénes deseen adquirir el informe pueden solicitarlo en el siguiente link

Por Ignacio Milies

Facultad Eclesiástica de Teología 

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