En tiempos donde el cambio climático se posiciona como uno de los mayores desafíos globales, una propuesta nacida desde las aulas de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso ha comenzado a abrir caminos para una enseñanza del inglés más consciente, crítica y comprometida. La académica del Instituto de Literatura y Ciencias del Lenguaje de la casa de estudios y doctora en Didáctica del Inglés, Katharina Maria Glas, articula desde hace años un enfoque pedagógico que une el aprendizaje del idioma con el cuidado de la naturaleza.
Con una formación enraizada en la interculturalidad y la convicción de que enseñar inglés va mucho más allá de vocabulario y gramática, la profesora nacida en Alemania ha explorado cómo los contenidos medioambientales pueden convertirse en un motor para el aprendizaje, pero también en una puerta de entrada a la acción ecológica y la ciudadanía global.
“Uno puede enseñar a describir una habitación, claro. Pero también puede usar el idioma como puente para mirar el mundo, comprender desafíos comunes y proponer soluciones”, ha expresado en distintos espacios de formación. Desde esa premisa, la académica ha desarrollado cursos binacionales en línea con universidades europeas, donde se analizan problemáticas ambientales reales, como la industria forestal chilena, desde una perspectiva crítica y comparativa, generando una experiencia de aprendizaje profunda, tanto a nivel lingüístico como valórico.
Katharina Maria Glas no sólo promueve este enfoque en la educación superior. A través de investigaciones y entrevistas con docentes de colegios rurales y urbanos, ha detectado experiencias significativas donde el inglés se conecta con la naturaleza desde lo concreto: salidas al bosque, huertos escolares, actividades de recolección de residuos y creación de poesía en inglés basada en el entorno. En sus palabras, es clave combinar “la comunicación con la experiencia directa del medioambiente”, especialmente para una generación muchas veces desconectada del mundo natural.
Desde su rol como secretaria de la Sociedad Nacional de Profesores de Lenguas en la Enseñanza Superior, también ha visto crecer el interés por enfoques más integradores. La enseñanza de idiomas comienza a abrazar temas como género, migración, multilingüismo e interculturalidad. En ese cruce, la visión de la profesora destaca por su convicción: no basta con enseñar a comunicarse, sino formar a personas capaces de mirar críticamente su entorno, actuar con esperanza y proyectar soluciones colectivas.
Su experiencia reafirma la potencia que puede tener el cruce entre saberes, culturas y realidades locales. Desde el aula en la PUCV, ha sembrado una forma de enseñar que no sólo entrega herramientas lingüísticas, sino que invita a conectar con la tierra, a valorar lo propio y a generar vínculos globales desde el respeto y la reciprocidad. En un contexto mundial donde los desafíos ecológicos y democráticos se intensifican, su trabajo aparece como un faro que demuestra que sí es posible enseñar inglés con sentido, comunidad y compromiso.
Dirección de Comunicación Estratégica