La Casa de Italia, se construyó entre los años 1914 -1918, por encargo del empresario del salitre y textil Carlos Werner Rither, dueño de la fábrica de paños Bellavista Tomé, quien por prescripción médica se debía trasladar a la ciudad jardín. Al fallecer, la propiedad la adquirió su sucesión. Se desconoce el nombre del arquitecto de la casona, pero se reconoce un estilo arquitectónico historicista ecléctico destacándose detalles románicos y neogóticos.
A principios del siglo XX, comenzó la llegada de los primeros veraneantes que construyeron sus quintas, en las calles Álvarez, del Comercio (hoy calle Valparaíso), Cerro Castillo y la Avenida Marina (Isidoro Errázuriz, doña Encarnación Fernández de Balmaceda, Francisco de Paula Taforó, Ignacio Prado, Benjamín Vicuña Mackenna, la familia Subercaseaux).
A raíz de lo anterior, ya para la década del 20, la ciudad de Viña del Mar, sus construcciones y su estilo de vida, fueron el centro de lo que podría llamarse la "belle époque" chilena, que terminaría con la irrupción de nuevos actores sociales a la política chilena y, finalmente, con la gran crisis del año 1929. La ciudad convivió en una dualidad entre balneario de interés social para la elite santiaguina en el contexto de la "belle époque" y el auge industrial, posicionando a la vivienda como un laboratorio social para el desarrollo urbano.
La tipología de vivienda unifamiliar de grandes proporciones, tipo Chalet, Mansión y Palacio, define la estética urbana de principios del siglo XX en la ciudad, y son el reflejo arquitectónico de una época tan particular como la "Belle Epoque": años de trasformación social y económica de la población, de nostalgia europea y de carácter ambicioso.
En el año 1950, la Casa de Italia fue adquirida por Constantino Mustakis Kotsilini; período reconocido como un ciclo de gran relevancia social. Luego, en el año 1966 fue comprada por la colonia italiana, dirigida por Ambrosio Montalbetti Machi, como sede de las actividades de las colectividades de la región, fusionando al Círculo Italiano de Valparaíso con la Casa degli Italiani de Viña del Mar, buscando el objetivo de proporcionar un centro cultural, deportivo, cultural y social y fomentar las relaciones entre Chile e Italia. Al establecerse la Colonia Italiana en el inmueble, se logra el desarrollo de una gran labor social, cultural y deportiva, funcionando en él la Sociedad Dante Alighieri (Internacional).
En términos arquitectónicos, se trata de una edificación aislada, en esquina, de dos pisos más mansarda y zócalo, de albañilería de ladrillo estucada generando un juego de composición imitando piedra, con elementos ornamentales al interior y exterior de corte historicistas.
Cuenta con un amplio jardín que lo circunda, siendo el antejardín un elemento importante en su posición urbana separándose del transeúnte unos 30 metros, que entrega una perspectiva escenográfica del inmueble a través de sus verjas de hierro forjado sobre piedra granítica.
Cabe destacar que la reja exterior es obra de la empresa de cerrajería artística Santambrogio, empresa que se remonta a 1912, cuya especialidad era la fabricación de lámparas y floreros, todos ellos en fierro forjado, bronce y cobre, se dedicarán también a la fabricación de rejas, escaleras, marquesinas, balcones, chimeneas y balaustradas entre otras. Dentro de los trabajos realizados se encuentra el Palacio Presidencial, el Palacio Zanelli (Baburizza), Valle, Casa de Italia, y Scuola Italiana Arturo Dell 'Oro de Valparaíso.
En 2023, el inmueble fue adquirido por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso para contribuir a su recuperación y puesta en valor, con el objetivo de que vuelva a ser el centro de la cultura y la formación de futuras generaciones en Viña del Mar.
APORTE DE LA CASA DE ITALIA
La Casa de Italia es un testimonio del periodo histórico en que se consolidó el eje Alvares de la ciudad de Viña del Mar, a principio del siglo XX. En esta vía fundacional, a un costado de la línea del tren que conectó a Santiago con Valparaíso, se emplazaron grandes viviendas para la elite santiaguina y porteña.
El inmueble es un referente de la tipología representativa de las construcciones de la primera mitad del siglo XX en el área fundacional de Viña del Mar y que tenían amplios jardines, contribuyendo a la imagen de “Ciudad Jardín”. En efecto, es uno de los pocos inmuebles que van quedando de dicho periodo.
Desde el ámbito urbano, se constituye en un hito de significación vinculado a la identidad de la ciudad junto a otros inmuebles tradicionales como el Palacio Valle, Iglesia Anglicana San Pedro, Palacio Ariztía, siendo parte central del patrimonio histórico y cultural de Viña del Mar.
Es parte de la memoria de la comuna, pues acogió a diversas entidades vinculadas a la comunidad italiana, además de ser un epicentro para actividades sociales, culturales, recreativas y deportivas, abiertas a la comunidad.
Fuente: Consejo de Monumentos Nacionales de Chile